Una silueta, un abono

Una silueta, un abono

Jerónimo Tormo,

El Elche busca fórmulas para contentar y satisfacer a sus aficionados. No es fácil conseguir el pleno al quince, porque nunca llueve al gusto de todos, pero la intención es lo que cuenta. O eso dicen. Cada club de fútbol es un mundo y cada afición es un universo. Nunca he entendido el mensaje de corporativismo que desde la entidad franjiverde se ha enviado, para protegerse bajo el paraguas de LaLiga y que sean otros los que decidan por tus abonados, por mucho que tu opinión también forme la parte de la decisión final que se adopte. Como medida cobarde para lavarte las manos, y esconderte entre la masa, cumple todos los requisitos.

Comprendo que una directora general de un Club, que en breve será oficialmente vicepresidenta de la Patronal, quiere marcar una línea de trabajo consensuado. Es tan lógico como entendible peor también muy matizable. A los abonados del Elche CF les importa un pepino lo que otras entidades acuerden para sus masas sociales. Hay que saber hacer sentir especial a todos y a cada una de tus gargantas. Se trata de fidelizar desde la individualidad. Que no sean otros los que te marquen la hoja de ruta y que el abonado perciba que hay una atención personalizada y una sensación de protección del colectivo.

Medidas como la de colocar siluetas de tus abonados y aficionados en la grada, se agradecen pero no todo el mundo las comparte. Te cambio tu abono por una silueta. Es el riesgo que tiene buscar soluciones excepcionales a problemas excepcionales. Pueden gustar o pueden no gustar. No seré yo quien apruebe o suspenda una iniciativa que, por el simple hecho de habérsela planteando, merece el respeto. Pero no todo el mundo queda embelesado (o engañado) por dibujarle la cara en un trozo de cartón piedra. La mayoría de la gente quiere dinero, como el club también lo quiere, pero en una situación así sólo puede ganar uno.

La medida franjiverde es puro negocio o, como se le llama en estos tiempos, marketing. Una empresa como el Elche CF debe vestirse por los pies y empezar la casa por los cimientos. La primera opción que se debe poner sobre la mesa del abonado es la de recuperar el dinero correspondiente a la parte proporcional del abono de los partidos que no se podrán ver desde las butacas. Igual alguno no ha entendido, y se entera ahora, de que ha perdido ese porcentaje monetario correspondiente a los seis partidos que no va a poder ver en su asiento del Martínez Valero, porque se lo ha gastado en un trozo de cartón.

Ofrecerle lo más beneficioso al abonado, y no lo más conveniente para el Club, debe ser el argumento principal para compensar a tus fieles. Siempre habrá tiempo para poner sobre la mesa las opciones secundarias y cada uno elegirá. Sin margen de maniobra, porque ya veremos cuándo se presentan las demás opciones compensatorias, el abonado se coge a la fácil, mientras el Club todo lo que pesque por el camino eso que se lleva a su zurrón. Corren malos tiempos paraa economía y, sobre todo, para la sensibilidad. Que lo barato no salga caro y que, por un puñado de euros, no se fije el precio a lo que significa ser un abonado satisfecho o insatisfecho.

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