Que no se pinche la pelota
Christian Bragarnik manda. El argentino es, para bien y para mal, el dueño de un Elche CF que José Sepulcre confió al representante de jugadores mediante una operación de orfebrería de venta, tan meticulosa como planificada para que no dejase cabos sueltos a lo que el tiempo ha significado diluir hasta la desaparición a quien tuviera la mínima intención de osar colarse en el accionariado franjiverde. El argentino tiene un reto por delante, no tropezar con la misma piedra con la que lo hizo su querido Pepe. Dicen que Bragarnik es hombre de fútbol y que sabe lo que hace. En eso ya aventaja a un ex presidente que aprendió sentado en el palco, con el paso de los partidos, qué era el fuera de juego.
De su sabiduría futbolística dependerá no perder la cabeza ni caer en la idiotez que provoca el palco franjiverde a sus cohabitantes. Dicen que no importa que no hable si cumple en los despachos y puede que tengan razón pero yo creo que no hay nada más inteligente que ser cercano, y más con los que alientan el sentimiento que el argentino se ha comprado, pero él sabrá. Un dato que me preocupa es que, como buen representante de futbolistas e incluso apodado como el ‘dueño de la pelota’, no haya detectado el potencial de un valor en alza que Nico Rodríguez tenía renovado como Óscar Gil o no haya sabido valorar la escasez de laterales izquierdos dejando escapar a Juan Cruz por menos de la tercera parte de su cláusula. El mercado futbolístico son momentos pero el argentino no ha sabido manejarlos con sus dos laterales titulares.
Misma guión sigue el adiós de ‘Pacheta’. No sabemos qué tiene el nuevo técnico del Elche CF que no pudiera aportar el antiguo pero esa no es nuestra obligación. A ilusión nadie gana al burgalés pero el fútbol hace tiempo que dejó atrás los sentimientos para convertirse en un negocio. Sólo el tiempo y el fútbol dirán si la apuesta del argentino ha sido la acertada. De momento la profesionalidad del entrenador de Salas de los Infantes le ha regalado un ascenso a Primera a la primera, y eso no pasa todos los días, cuando el playoff podría haber quedado dinamitado. El Elche CF vuelve al punto de inicio que arrancó, de manera ilusionante y regeneradora, hace siete años y finalizó, de manera abrupta y sonrojante, hace cinco. La experiencia no puede ser más ilustradora de lo que no se debe hacer. Sepulcre siempre vendió el maná televisivo de la máxima categoría como la salvación franjiverde. Fue todo lo contrario. Más aún con un grupo de gestores, los peores de la historia del Elche CF por posibilidades y recursos, que dinamitaron las bases franjiverde con supina estupidez e ignorancia.
Bragarnik tiene marcado a fuego el ADN de representante en su forma de funcionar pero el Elche CF debe ser algo más que un negocio de salidas y entradas para el argentino. Decidir y equilibrar entre lo deportivo y lo económico se antoja básico para que su proyecto crezca. El Martínez Valero no es, por muy mucho compra mediante, su particular videoclub como con el que empezó a hacerse un nombre en el mundo de la representación. Si es inteligente lo entenderá, si no, sólo será ‘el dueño de la pelota’ que se le pinchó sin poder jugar el partido. Hay mucho en juego, no sólo el interés personal, también un nombre hecho con el paso de los años. Una reputación que seguir manteniendo, aunque sea en Argentina y Sudamérica en donde hablar de Bragarnik es hablar de fútbol. Como para fallar y manchar tu prestigio…