#AlmironOut No quedaba otra opción

Escasos minutos después de escribir este artículo, Almirón presentaba su dimisión como entrenador del Elche. Cambia el titular, pero los argumentos son los mismos. 

Y es que Jorge Almirón había perdido todo crédito para seguir siendo entrenador del Elche. Cualquier técnico que llevase diez jornadas sin ganar estaría en el paro. El argentino ha necesitado 16 y el problema no era cuestión solo de esta cifra. Sensaciones, incapacidad, mensaje... Hay muchos factores que invitaban a pensar que el tiempo del argentino en el Martínez Valero debía acabar.

Almirón ha demostrado que no podía sacar más de esta plantilla (nivel de ella aparte). En estos dieciséis partidos consecutivos en Liga sin ganar, solo en Valladolid acarició la victoria. El planteamiento conservador y la falta de reacción a los malos resultados ha sido la nota dominante del trabajo de Almirón. Las sensaciones son malas y la dinámica, tanto de juego como de resultados, iba hacia abajo de forma irremediable. 

Un factor que carece de sentido y que sentencia a Almirón es su idea de olvidarse de casi la mitad de su plantilla. Nulas revoluciones en el once tras las derrotas, escasos movimientos tácticos o de jugadores cuando las cosas van mal o cambios reservados para los últimos minutos evidencian la falta de confianza que el entrenador tenía en su fondo de armario. Un entrenador debe tener a todos sus jugadores activos (el mejor ejemplo lo tenemos en el reciente ascenso), pero Almirón dejó de lado a una serie de futbolistas que podrían haber aportado su granito de arena en más de una ocasión. 

Almirón encontraba excusas a cada situación. Tiempo para la construcción del equipo, adaptación de los nuevos, lesiones, necesidad de fichajes... Pero el Elche no podía permitirse más tiempo con el argentino en el banquillo o irá irremediablemente a Segunda. Almirón ha quedado 'out' y es momento de que Bragarnik busque un sustituto de garantías.