Elche CF | ANÁLISIS
Situación crítica para todos
Elche y Valencia, así como Rubén Baraja y Sebastián Beccacece, se miden en una situación límite. Los franjiverdes suman cuatro derrotas consecutivas y los valencianistas también están en zona de descenso.
Hacía mucho tiempo que el Elche no se encontraba deshauciado como colista de Primera División o que el Valencia encontraba el descenso a Segunda como una posibilidad. El duelo regional de este domingo en el Martínez Valero enfrente a dos equipos en una situación crítica, la de los franjiverdes se conoce desde noviembre; la de los valencianistas se ha ido fraguando con el paso de las jornadas. Ambos equipos se la juegan. Los locales, para ganar confianza tras cuatro derrotas consecutivas y, además, para escapar del riesgo de ser el peor equipo de la historia de Primera (solo necesita un punto en lo que queda de curso). Los visitantes, porque están a tres puntos de la zona de permanencia.
La llegada de Sebastián Beccacece no ha traído mejoras en los franjiverdes, ni en juego ni en resultados. Las derrotas ante Barcelona, Osasuna y Girona sitúan al entrenador argentino en una situación personal crítica si no fuera porque está representado por el propietario de la entidad, Christian Bragarnik. En la rueda de prensa posterior al partido en Montilivi, aseguró estar aquí "para preparar lo que viene", en un guiño al próximo curso. Tiene contrato hasta 2024, pero un periplo nefasto en Primera le dejaría en una posición muy débil de cara a asumir las riendas del proyecto en Segunda.
En el bando valencianista, el entrenador elegido para revertir la situación ha sido una leyenda del club. Rubén Baraja, entrenador franjiverde en la 2015-2016, debuta así en Primera División, con un reto mayúsculo. Un fichaje cargado de pasión y emotividad que, de momento, no ha funcionado. Las dudas sobre su continuidad han estado presentes en los medios valencianos durante esta semana, pero la entidad no ha movido ficha. Se sentará en el Martínez Valero, pero su futuro podría correr serio peligro si no es capaz de sumar los tres puntos. La situación es límite, tanto para el equipo como para el popio Baraja.
Histórico: dos descensos muy lejanos
El último descenso deportivo del conjunto ilicitano a la categoría de plata se produjo en la temporada 1988-1989 en una temporada que presentó una cierta similitud con la actual. El equipo del Martínez Valero finalizó el curso con 15 puntos, a 18 de la permanencia directa, en una Liga en la que el triunfo valía dos puntos. El Valencia, por su parte, descendió por primera y única vez tres años antes, en 1986. La situación actual recuerdan los fantasmas de aquella fatídica temporada en Mestalla.
