Murphy y su Ley

Murphy y su Ley

El Elche CF está viviendo una pesadilla en el año de su Centenario. Es difícil poder entender cómo un equipo que hace dos meses competía y conseguía con solvencia la permanencia en Primera División, ahora, ha mudado su piel para pasar a ser un equipo vulgar y del montón al que ya no sólo se le castigan los malos resultados, algo que en una categoría tan exigente se puede asimilar, sino también las sensaciones de equipo muerto. El conjunto franjiverde se ha aferrado a la Ley de Murphy para convertirse en ejemplo de que si algo puede salir mal, saldrá mal y, por lo tanto, es siempre susceptible de emporar.

Si la imagen ante el Villarreal CF fue vergonzosa, la exhibida ante el Athletic Club causa bochorno. Ambas tan preocupantes como la mostrada ante la Real Sociedad, pero con el añadido de que cada fin de semana, en lugar de corregir errores, el Elche CF se ha empeñado en acentuarlos. Lejos en el tiempo queda ya la primera de las cuatro derrotas sumadas en cinco partidos. El fallo de Enzo Roco sobre la línea de cal quedaba maquillado por la expulsión de John. Quedarte en inferioridad numérica a los quince minutos de empezar un partido parecía suficiente clavo ardiendo para poder justificar un mal partido y una mala imagen.

Ahora, un mes competitivo después, los errores del central chileno se siguen repitiendo, como los de muchos futbolistas franjiverde, pero ya no hay expulsiones que permitan quitarle hierro al asunto. El equipo franjiverde ha involucionado. El fútbol ha retrocedido un año y nos ha llevado de lleno al peor momento de la etapa que le costó el puesto a Fran Escribá. Hace doce meses, al menos se competía y se daba la cara, menudo consuelo pensarán aquellos que ven al equipo perder tras tropezar en la misma piedra de lo grotesco. Curiosamente, hoy como ayer, escuchamos los mismos mensajes que recuerdan que el fútbol, es presente.

La teoría no sirve de nada y este Elche CF necesita práctica. El verbo debe dejar paso a la acción. Menos hablar y más trabajar. Ya no hay margen para el demérito y, menos aún para apoyar si no se gana. La situación ha agotado calificativos que ya suenan redundantes y vacíos. La impotencia de no encontrar la solución es la peor agonía para el momento franjiverde. El problema es que el presente se está estirando demasiado en el futuro y las líneas temporadas se entrecruzan y entrelazan entre lo que podía ser y no fue, y así es imposible porque la racha se ha convertido en dinámica.

Quizás, el problema no sea de actitud y sí de aptitud. Cuesta creerlo cuando este grupo de jugadores llevo a la franja verde a la permanencia sobre el terreno de juego pero el fútbol es renovación y reciclaje diario. Francisco tiene el problema, los jugadores la solución. El resto de mortales franjiverde, la duda de averiguar si el querer es poder. Nos aferramos al discurso del ‘no estamos muertos’ pero este Elche CF deambula. Da pena y vergüenza ajena, sobre el terreno de juego y quizás el cupo de los milagros se hayan terminado y la flor de Bragarnik se haya marchitado o que esta sea la realidad con la que hay que convivir…

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