Más que vivos

Sábado, 17 de agosto de 2019. Elche CF 0-2 CF Fuenlabrada. Cómo pasa el tiempo. Once meses después, con tres de parón por en medio, el equipo franjiverde le ha dado la vuelta al folio para decir aquí estoy yo. Cuatro partidos, doce puntos. Nada si lo comparamos con todo lo sufrido y disfrutado durante esta atípica temporada. El último empujón, el apretón de dientes para morder fuerte y dejar el último halo de sacrificio sobre el césped. Estamos vivos. Qué digo vivos, estamos muy vivos. El Elche CF ha sabido reciclarse y superarse para llegar al sprint final en cabeza del pelotón de los aspirantes a jugar el playoff de ascenso a Primera División, y no es casualidad.

Cuatro finales y un mundo por descubrir. Este es el resumen de un ilusionante final de temporada en el que el Elche CF, a pesar de estar dándonos una de cal y otra de arena, ha sabido llegar más que vivo a las últimas jornadas de la temporada. Quién nos lo iba a decir cuando, allá por el mes de agosto, el equipo hacía aguas en el Martínez Valero ante el Fuenlabrada. Nos frotamos los ojos ante el espíritu de superación de un equipo que ha demostrado que lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. Y ojo que esto no está todavía terminado, pero sería tan injusto estar recorriendo el camino de una forma tan adecuada que, por un traspié en las últimas jornadas, no valorar lo que está siendo un curso sobresaliente.

Este Elche CF podrá jugar o no el playoff de ascenso a Primera División. Ojalá lo haga porque sería el premio al trabajo, pero si no lo lograse, no olvidemos que, muchas temporadas después fuimos felices disfrutando de nuestro Elche CF sobre el césped. Tampoco quiero decir con esto que por tener hechos los deberes el equipo ha cumplido y nos e le puede pedir el último esfuerzo pero, quien dude que este grupo de jugadores no lo va a hacer, es porque poco les conoces. El fútbol es un juego en donde unos fines de semana se gana, otros se pierde y otros se empata pero, lo que marca la identidad de una afición no es un resultado, es el espíritu de los jugadores que la representan. El de este Elche CF, a veces más o menos acertado, es el de competir y dejar tan alto el pabellón como la franja verde merece.

Nunca el Elche CF ha estado tan cerca de poder optar a recuperar la categoría que los antojos y la mala gestión le hicieron perder en los despachos. Mientras sus dirigentes han disfrutado de las bonanzas de la vida, la afición y el club ha tenido que pasar las de Caín para deambular por el fútbol profesional y encontrarse al borde de la muerte deportiva, corneado por el destino, en el pozo de la Segunda División B. Ahora, cinco temporadas después, este Elche CF resurge de sus cenizas cuál Ave Fénix para recordar a todo el mundo del fútbol que la franja verde es invencible. Que si no es este año, podrá ser otro. Pero que, sentando las bases y poniendo los cimientos, uno puede aspirar a todo, incluso a tener esa segunda oportunidad que la negligencia y la tiranía, mezcladas en el mismo frasco falto de misericordia, te hizo descender a los infiernos, herido pero nunca muerto.