Malditos fallos

Elche CF | OPINIÓN

Malditos fallos

Jerónimo Tormo,

El Elche CF tiene un problema y necesita urgentemente solución. Los fallos individuales están costando puntos valiosísimos en una categoría en la que el error condena. La peligrosa dinámica en la que ha entrado el equipo franjiverde en los últimos partidos ha costado ocho de los nueve puntos disputados, sin olvidar que en el Wanda Metropolitano el equipo franjiverde volvió de Madrid de vacío por otra acción que condicionó el marcador final. Los partidos ante Atlético de Madrid, Levante UD, Villarreal CF y Real Sociedad y las acciones de Kiko Casilla, Gonzalo Verdú y Enzo Roco, por partida doble, han marcado la diferencia entre lo que podría ser un inicio de curso placentero y otro sembrado de dudas por la falta de seguridad de la línea defensiva.

El acierto brilla cuando se produce. Abre portadas y ensalza pero el fallo tiene el mismo poder a la inversa. El fútbol pone la lupa sobre el error, más aún cuando se produce en una zona y en un momento tan sensible como la defensa de un equipo o encajar un gol en contra, pero el Elche CF también debe preocuparse por otro tipo de fallos que, quizás se vean menos o se perdonen, pero son igual de importantes. Y se cometen en ataque. Dominar las áreas es fundamental en el fútbol para ganar partidos, más aún en Primera División. Si Lucas Pérez perdona en el mano a mano y Benedetto y Piatti no ajustan el punto de mira enviando el balón al palo; la victoria estará tan lejos como cuando Enzo Roco falla en la frontal del área una cesión a Kiko Casilla que aprovecha el delantero para marcar el gol de la derrota franjiverde.

La acción del chileno chirria porque es impropia de un futbolista internacional que juega al máximo nivel, pero pasa. Dicen que sólo falla el que juega pero para jugar y fallar hay que hacer más méritos que deméritos durante los partidos. Si Escribá hubiera sentado en el banquillo de San Sebastián a Enzo Roco muchos habrían cuestionado que el entrenador valenciano habría hecho pagar los platos rotos de la derrota en Villarreal al sudamericano, señalándole como el principal responsable. El técnico apostó por reforzar la confianza de su defensa con la mala fortuna de que la confianza no fue devuelta, todo lo contrario. Ahora Escribá debe ser tan justo con su decisión en tierras vacas como con la que deberá tomar de cara al domingo ante el RC Celta.

El fútbol no puede permitirse errores individuales y menos aún que el futbolista quede por encima del equipo. Una cosa es la gestión de grupo y la confianza de los jugadores y otra que un jugador quede señalado por cometer errores. Gonzalo Verdú es un claro ejemplo esta temporada. El cartagenero falló contra el levante UD y, más allá de que cuatro días después no pudiera jugar en La Cerámica por sanción, se quedó en el banquillo en el Reale Arena. Escribá podrá argumentar que fue por decisión técnica, como en su momento la temporada pasada explicaba los motivos por los que decidió prescindir de Edgar Badía. El fallo marca y lo colectivo está por encima de de lo personal. El valenciano debe medir los tiempos y decidir de manera ecuánime. Lo tiene fácil, él no sale en la foto.

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