Los señalados de la debacle copera

Domingos Quina: un jugador de sus características que tiene pocos minutos habitualmente, debería comerse el mundo en cada oportunidad. El de Copa era su momento y ni su comportamiento ni su rendimiento fueron los adecuados. La esperpéntica actuación en el Metropolitano no fue una excepción, pues el guineano se mostró completamente perdido el pasado martes. 

Raúl Guti: Un jugador que está en una continua línea descendente desde el inicio de la pasada campaña. Perdió la titularidad cuando llegó Gumbaú y los motivos son evidentes. El zaragozano ha perdido protagonismo cuando está sobre el césped. Lento tanto en la gestión del ataque como en su posición defensivo, el chico que costó 5 millones de euros ya ha bajado su valor de mercado en un cuarenta por ciento (según Transfermarket). En Ceuta, ante un rival de Primera RFEF, estaba llamado a liderar el ataque franjiverde. Fracasó. 

Tete Morente: el andaluz lleva mucho tiempo fuera de cobertura. Encontró un paréntesis con el gol que prácticamente certificó la permanencia, ante el Betis; pero ese subidón no tuvo continuidad. Se ha convertido en un extremo que no desborda, sin impetú ni capacidad de generar peligro sobre la defensa rival. Su actitud o sus gestos en ciertos momentos muy complicados para el equipo no le ayudan. 

Ezequiel Ponce: Bragarnik pagó 4 millones de euros por él en verano (Francisco también aprobó el fichaje) y la realidad es que la inversión está siendo desastrosa. Uno de los pocos delanteros que no marcan goles. Tres dianas en veintisiete partidos en Primera División es un bagaje muy pobre. No participa en el juego ni tiene incidencia en ataque. Desconecta con mucha frecuencia y su última desconexión se tradujo en una expulsión por doble amarilla, en el encuentro copero. El codo que suelta es una muestra de su mal momento. 

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