La resignación y la decepción de Pastore

Javier Pastore ha asumido la decisión que el Elche CF ha tomado. La entidad franjiverde comunicaba el pasado sábado al centrocampista argentino que no cuenta con sus servicios, como tampoco con los de Fede Fernández, para afrontar la segunda parte de la temporada que arrancará una vez concluya el Mundial de Qatar. El ‘Flaco’ es consciente de que su rendimiento no ha sido el esperado, debido a las continuas lesiones que le han lastrado desde que llegó a territorio franjiverde, pero  ha dejado claro esta mañana, cuando ha llegado al Martínez Valero para recoger sus pertenencias, que le habría gustado que las formas del Elche CF hubieran sido otras. Ya el pasado sábado, el rostro de enfado mientras hablaba por teléfono a su salida del club, presagiaba un mensaje que hoy no le ha hecho morderse la lengua.

La entidad franjiverde no ha puesto a disposición del centrocampista argentino un profesional con el que entrenar hasta que se anuncie de manera oficial su salida del club ilicitano, algo que Pastore ha lamentado profundamente y que ha reconocido no haber vivido nunca antes durante su carrera deportiva. El ‘Flaco’ se debate entre la resignación de no haber podido rendir sobre el terreno de juego, algo que asume y no esconde desde la evidencia de los cuatro minutos que ha jugado esta temporada (sumados a los 521 del pasado curso), con la decepción de no poder terminar su etapa en el Martínez Valero trabajando como un futbolista más. El argentino ha llegado a asegurar que si no firma su rescisión antes de la próxima semana y el grupo vuelve a los entrenamientos, él seguirá ejercitándose en las instalaciones del Elche CF.

Pobre bagaje

Pastore sólo ha jugado esta temporada cuatro minutos ante la UD Almería en la segunda jornada del curso. Las lesiones han sido el hilo musical para el centrocampista argentino que nunca ha tenido continuidad en su periplo como franjiverde. Su último percance médico, rotura fibrilar en el sóleo de la pierna izquierda, sufrido hace cinco semanas le ha hecho encadenar las últimas cuatro jornadas al margen de la competición. Antes, había sido suplente contra Valencia CF y Real Madrid CF pero nunca ha entrado en los planes para poder ser el futbolista que pudiera darle un plus al equipo cuando tocaba remar contracorriente. Si los 521 minutos del pasado curso parecían pocos, la renovación por su actuación ante el Getafe CF ha quedado en uno de los borrones mayúsculos de la gestión de Bragarnik, que sólo el propietario puede justificar.

El bajo rendimiento de Javier Pastore, sin olvidar a Fede Fernández, les ha convertido en las primeras víctimas del mercado invernal. Central y centrocampista recibieron la llamada del club durante los últimos días y el pasado sábado, como en el caso del zaguero, se despidieron de los que han sido sus compañeros durante este primer tramo de curso. Ninguno de los dos se desplazó a Oliva, toda vez que Pablo Machín ha decidido que todos los componentes del staff franjiverde (fisioterapeutas, preparadores físicos y readaptadotes) hayan hecho las maletas para convivir en grupo durante la concentración del equipo ilicitano en tierras valencianas. El acuerdo entre las partes para finiquitar sus relaciones es total, a falta de la firma que rubrique el adiós de Fede Fernández y de Javier Pastore de manera oficial. 

Errores de Bragarnik 

Los movimientos en la plantilla franjiverde evidencian que Christian Bragarnik ha tenido que recular. El propietario franjiverde ha asumido, dando luz verde a las rescisiones de Fede Fernández y Javier Pastore, adelantadas por COPE Elche (100.8 FM), dos de los principales errores que han manchado de la planificación llevada a cabo durante el inicio de la actual temporada. El fichaje del central, tras más de un año sin haber tenido minutos por problemas físicos, no se correspondía con las necesidades de un equipo que no ha sabido reforzarse en el eje de la zaga. La renovación de Pastore, tras un año lastrado por las lesiones, fue tropezar con la misma piedra. Bragarnik jugó con fuego y ha acabado quemándose con dos futbolistas que nunca han podido acercarse al rendimiento mínimo exigido para poder competir en Primera División.