Elche CF | OPINIÓN

Grandes males, grandes remedios; grandes chapuzas
El ‘Caso Fuenlabrada’ ha demostrado que el nivel de los dirigentes del fútbol español deja mucho que desear. Señalar a Javier Tebas es lo fácil, pero no hay que olvidar que el desaparecido en combate Luis Rubiales, y su RFEF, son igual de responsables en la decisión que se adoptó el pasado lunes, como también lo es el CSD de una Irene Lozano que, he de reconocer, me ha decepcionado porque creía que podía ser el pegamento de la lógica para el balompié nacional ante tanto sacabarriga. Los Pactos de Viana han saltado por los aires porque fueron, son y serán un paripé. Un brindis al sol que nacía con fecha de caducidad en el primer desencuentro de calado que pudiera haber.
Nadie entiende que una decisión de simple sentido común como suspender el total de la jornada futbolística el pasado lunes no se adoptara. Algunos dirán que es mejor suspender un partido que once, a los hechos me remito en lo acertado de su opinión poniendo como ejemplo la actual situación. También los habrá que pensarán que se ha hecho por el bien de la competición para poder terminarla sin riesgos de una pandemia que cada día avanza o ante la gran cantidad de contratos de jugadores que expiran y quedan en el aire. Si ese segundo argumento es la clave de la defensa de la decisión, es que el fútbol español no estaba preparado para volver y nos lo han metido con calzador.
No hay persona de fútbol con la que hable que no dibuje la misma idea. Más de uno que vive con el aire acondicionado dentro del despacho, con la corbata desanudada mientras, café en mano, repasa los PDF de las circulares; debería ponerse en bucle las palabras que ‘Nino’ lanzaba en forma de verdades como puños. “Creo que hay un antes y un después de cara al mundo del fútbol y los futbolistas. Ha habido una falta de respeto porque en el fútbol no todo es económico. Es algo sentimental en donde hay una afición detrás y es una pena que, jugándonos lo que todos nos estábamos jugando, no se tome una decisión pensando en el bien de los jugadores. Hemos quedado muy por debajo de lo que es el mundo del fútbol”.
Hay que escuchar más a los futbolistas. El fútbol es de ellos, sin futbolistas no hay fútbol. LaLiga, la RFEF y el CSD han demostrado, algunos en mayor y otros en menor porcentaje, que lo único que importaba e interesaba era volver para acabar. Empezar para terminar y echar la persiana a un balance de cuentas que, apoyado por los clubes, deja a los deportistas y a las personas en segundo lugar. No hablo sólo de salud, que es lo más importante, hablo también de trabajo. De ningunear meses atados a un balón con una decisión que ha roto la igualdad de una competición y que, sea cual sea la solución, va a echar el trabajo de casi un año de algunos por la borda.
Puede que el Elche CF juegue el playoff de ascenso pero las personas del fútbol que han tomado decisiones impropias del fútbol no deberían volver a tomar decisiones de fútbol. Si siguen las mismas personas, se podrán tomar las mismas decisiones. El fútbol merece que no se repita esta chapuza. Se presupone la buena voluntad pero con buena voluntad no es suficiente. No se trata de justica o injusticia con un equipo concreto, se trata de fútbol y de velar por su integridad. De asumir las consecuencias cuando se vulnera una competición con una decisión partidista, ante una situación negligente. Hemos pasado del a grandes males grandes remedios al a grandes males grandes chapuzas y eso, por mucho que se maquille y edulcore, es indefendible; se llame Elche CF, RC Deportivo o CF Fuenlabrada.