Francisco contra Francisco

Ha llegado la hora de la verdad. El momento que la plantilla del Elche CF ha deseado durante las últimas semanas se planta de frente en la puerta del Martínez Valero para medir cuál es el nivel de este equipo. Ya no hay excusas de calendario y el Rayo Vallecano, rival directo en la lucha por la permanencia, será el próximo lunes el espejo en el que puedan mirarse Francisco y sus futbolistas. Vallecas puede ser punto de inflexión o punto de no retorno para un grupo que, si bien ante rivales de nivel superior no sólo no ha podido sumar, sino que también ha hincado la rodilla de las sensaciones; ahora quiere demostrar que en su competición liguera particular está capacitado para llevar la voz cantante. Los ilicitanos ya lo hicieron el pasado curso. Pocos de los equipos llamados  a pelear la salvación se quedaron sin su ración de franjiverdismo, pero ahora, la sensación no es la de un equipo capaz de someter a su rival y el algodón, más que nunca, va a dictar sentencia.

El problema de jugar con fuego es que te puedes quemar y el Elche CF, a día de hoy, compite en llamas. Sin red sobre la que amortiguar una caída y con un lastre objetivo y subjetivo acumulado en forma de resultados y de sensaciones, que no permiten más tropiezos. Hay quien dice que queda mucha temporada. Razón no le falta pero el fútbol no permite dejar para mañana lo que debes hacer hoy. Más aún con un parón en forma de Mundial que nadie sabe qué puedes provocar porque nunca antes se ha vivido. Quizás sea la tabla de salvación para equipos que no vivan sus mejores momentos, o quizás un paréntesis del que los conjuntos no sepan salir reciclados para darle la vuelta a las situaciones que viven. El equipo franjiverde tiene todavía mucho tiempo por delante para pensar en cuestiones de tal calado pero jornada que pasa, y no se gana, es una jornada que resta en pro del objetivo.

Un tiempo que deberá invertir en saber qué quiere para afrontar este nuevo capítulo que se abre dentro del libro de la temporada 2022/2023. Francisco ha tenido una semana extra para trabajar sin la presión de la competición y, más allá de que de tiempo o no a reflejar sobre el verde de Vallecas lo expuesto durante los últimos siete días, el almeriense debe centrar el tiro para maximizar las virtudes de su equipo y minimizar los defectos. No hace mucho, el técnico andaluz dejaba clara cuál debía ser la hoja de ruta de su equipo. “Ahora lo que importa es sumar puntos”. Practicidad al poder, como no puede ser de otra forma. Francisco llegaba nuevo a un banquillo para sustituir a Escribá y ahora el almeriense debe pensar aquello de que ha llegado el momento de ver un Francisco contra Francisco. El almeriense debe aprovechar la oportunidad que Bragarnik le ha dado y darle una vuelta de tuerca a su idea futbolística.

El Elche CF necesita puntos, no sensaciones. Si el estilo debe cambiar, deberá cambiar. Si el equipo no puede presionar en bloque alto, deberá contener en bloque bajo. El ABC del fútbol es muy claro. Ganar, ganar, ganar y volver a ganar. El mérito se maquilla cuando no brilla por el marcador y el Elche CF está abocado a la necesidad de aprender que si querer no es poder hay que buscar vías alternativas para conseguir llegar al triunfo. Porque esto va de puntos y los puntos se pueden conseguir de muchas formas. Cada entrenador elige el camino hacia la victoria que considera. La línea recta es el camino más corto, siempre y cuando estés capacitado y preparado para dibujar líneas rectas, pero, a veces, toca dibujar en círculo para poder llegar a la línea de meta, más tarde pero llegando. Francisco debe tenerlo claro si quiere que su Elche CF remonte el vuelo