¡Eureka!

Elche CF | OPINIÓN

¡Eureka!

Jerónimo Tormo,

Dame un punto de apoyo y moveré el mundo. Fran Escribá se ha convertido en la palanca de Arquímedes para el Elche CF. Un punto de apoyo en el que el equipo franjiverde ha depositado toda su confianza para lograr un objetivo que, hasta la llegada del valenciano, parecía imposible. Podrá conseguirse o no pero al menos el entorno y el grupo están vivos, que no es poco. “¡Eureka!” Pensará hacia sus adentros Christian Bragarnik, tras haber fallado a la primera. “Lo he descubierto”. El valenciano es el mejor aval para una recta final de temporada que promete emociones fuertes y en donde se podrá o no alcanzar la meta de la permanencia pero al menos las alforjas con las que se viajan son más convincentes que las que se habían llenado en tiempo pasado.

Siete semanas, diez jornadas. Treinta puntos. Cifra redonda, que a buen seguro se dividirá en tramos de con principio y con final en segmentos de cinco partidos. El ecuador marcará sonrisas o lágrimas si los resultados acompañan o dejan de lado en un sprint final de competición tan exigente como ilusionante poder vivir. El lastre acumulado en la espalda ha sido copioso e ingente. Pocos equipos en condiciones y temporadas normales sobreviven a dieciséis partidos sin ganar. El Elche CF lo ha hecho tanto por deméritos como por méritos propios. Aunque suene a poco, no se le puede negar a Almirón que, bajo su paupérrimo balance deportivo al menos los ilicitanos sumaron para no quedarse descolgados de una clasificación que Escribá ha sabido coser con hilo de victoria.

La cuenta atrás comienza el próximo domingo en el Martínez Valero ante el Real Betis Balompié. Casualidades de la vida, equipo ante el que el conteo hacia el principio del fin o el fin del principio, según se quiera ver, empezó su cuenta inicial hacia le entrada de Fran Escribá y la salida de Jorge Almirón. La vida es cíclica y el deporte, también. El año del regreso a Primera División se recordará en los libros de historia franjiverde como aquella montaña rusa cargada de emociones que marcó por segmentos un curso deportivo de altibajos emocionales. El subidón del ascenso y el arranque liguero, la depresión de la mala praxis de Almirón, el resurgir del grupo con Escribá y su método.

El fútbol sólo entiende de ganar. Sólo los triunfos permiten colocarte en el lado del éxito o del fracaso. La delgada línea de las sensaciones es insuficiente para discernir entre lo que has hecho bien y mal si tu objetivo no se ha logrado. El fútbol no admite el orgullo del jugar bien en el largo plazo. Complace y llena estómagos de manera momentánea pero acaba diluyéndose con el paso del tiempo. La experiencia marca, el fútbol condena. El Elche CF de Fran Escribá ha llegado al último tramo de competición con sus opciones intactas, dependiendo de sí mismo. El Martínez Valero grita ¡Eureka! Con las orejas tiesas. El camino se tiene claro, ahora falta andarlo. Cualquier paso en falso puede cambiar la hoja de ruta pero, con confianza parece más fácil llegar a la meta deseada.

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