En la virtud va el defecto

Elche CF | OPINIÓN

En la virtud va el defecto

Jerónimo Tormo,

Todos sabemos cómo es el fútbol de Escribá, otra cosa es cómo nos gustaría que fuera. El entrenador valenciano entiende el deporte del balompié de una forma práctica y ordenada, que minimice riesgos y maximice el acierto ante el fallo. El equilibrio es su ADN y nadie va a cambiarle. Ni siquiera tener la mejor plantilla franjiverde, desde que aterrizara en el Martínez Valero en primera y segunda etapa, va a mover los cimientos del técnico. Gustará más, gustará menos; pero es lo que hay. Y no es resignación, es realidad porque sería absurdo no reconocer que le ha ido bien con su estilo en territorio franjiverde. Un ascenso y tres permanencias lo corroboran. Casi nada, los resultados más brillantes de la historia más reciente del Elche CF, con permiso del doble ascenso de ‘Pacheta’. 

Dicho lo cual, la realidad también tiene un lado menos brillante y que no se puede obviar. En la virtud va el defecto. El equilibrio y practicidad que tantas alegrías ha regalado el fútbol de Escribá se queda corto cuando hay que romper el corsé y asumir el peso del juego para sumar la victoria. Hay tantos partidos que los ganan entrenadores y jugadores, como partidos que los pierden entrenadores y jugadores. Escribá y su plantilla tienen tiempo para reflexionar y buscar la respuesta a quién ha sido en Vallecas más responsable en el porcentaje de derrota del Elche CF, pero muchos ya tienen decantado el costado de la balanza del valenciano por el escaso bagaje con el que apostó por el triunfo con un planteamiento inicial dibujado para contrarrestar al rival, más que para hacer brilla lo propio, y un desarrollo al que le faltó tiempo. 

Dicen que lo que mal empieza, mal acaba. Yo añadiría también aquello de unos por otros, la casa sin barrer. No es cuestión de buscar dichos o circunloquios que maquillen la intención de esta opinión, es la obligación de tener que mostrar todos los puntos de vista de lo sucedido ayer. Partiendo de la base de que el once titular se plantea como demasiado pragmático para lo que en Vallecas puede y debe exponer el Elche CF, no hay que olvidar que Escribá diseña un plan de acción que los jugadores deben cumplir después. El valenciano no tiene culpa de que Josema se despiste en el empate madrileño ni en el baile de fallos que generan el tanto, a la postre, de la victoria local. Otra cosa es que el entrenador deba ser el faro y la guía de su grupo para darle soluciones cuando los problemas se vuelven acuciantes y ahí toda la responsabilidad es de quien asume las riendas y el papel de cabeza visible. 

El Elche tiene más argumentos ofensivos de los vistos ayer en Vallecas para ganar un partido y Fran Escribá no supo aprovecharlos ni en su once titular, antes de empezar, ni en sus cambios, ya a remolque en el marcador. Nadie pide que Javier Pastore saque una varita mágica para ganar un partido pero puestos a elegir, prefiero al argentino en los últimos diez minutos que a un Johan Mojica cansado en su vuelta a España. Tampoco entiendo que si la idea es buscar centros al remate de Guido Carrillo; Fidel, tu hombre más preciso, se vaya en el baile de sustituciones al banquillo. No por tener más delanteros ganas un partido. Por mucho Lucas Boyé, Lucas Pérez y el citado Guido Carrillo, necesitas equilibrio. Y así, un sinfín de ideas a las que seguro que Escribá les habrá dado vueltas, como todos, a toro pasado. El valenciano tiene una asignatura pendiente, esa que tanto nos ha dado y ahora se le exige exponer. Es lo que tiene subir el nivel. 

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