Decepción, y también preocupación

Elche CF | OPINIÓN

Decepción, y también preocupación

Jerónimo Tormo,

Escribá está decepcionado, yo estoy preocupado. Jugar en Pamplona pensando en el Real Valladolid sale caro, más cuando este Elche CF, de por sí, tiene poco pero menos tendrá cuando se reserva con la mente fijada en el futuro. Dicen que el fin justifica los medios pero la teoría del partido a partido se rompe cuando no se le da valor a lo que hay en juego en el primero a afrontar. No estamos para despreciar puntos. De nada sirve hablar en sala de Prensa, a modo de teoría, cuando las palabras no se reflejan en el terreno de juego, en forma de práctica. El equipo franjiverde ha dejado en tierras navarras un halo de intranquilidad con una serie de carencias dibujadas en torno a aptitud y actitud a la hora de afrontar un duelo que, por muy importante que sea el encuentro del miércoles, igual no sirve de nada si no eras capaz de sacar adelante el de ayer domingo.

No sé si la situación es para hacer de esto un desastre. No sé si pega, que diría Escribá, pero sí sé que este Elche CF va de más a menos en la segunda etapa del valenciano en el banquillo franjiverde. Que justo cuando mejor hay que estar, los ilicitanos atraviesan su peor momento de juego y resultados, y eso se paga caro cuando te estás batiendo en duelo por un objetivo como la permanencia que se decanta hacia un costado u otro por detalles. Escribá no quiere alarmas pero él mismo las genera dejando en el aire que quizás haya futbolistas que se sientan sobrepasados por afrontar partidos con carácter de final. El valenciano tiene bula por todo lo que ha sido pero, como él mismo se encargó de dejar claro en su primer día en el cargo, hay que diferenciar etapas. Si el pasado no vale para unas cosas tampoco vale para otras y la crítica debe estar a la altura de la que ha marcado el paso de Almirón por el banquillo.

El Elche CF decepciona pero no preocupa a un Escribá que no supo encontrar soluciones sobre el terreno de juego navarro. Los problemas de la primera parte no sólo se vieron en la segunda mitad. Se duplicaron con un equipo que está falto de calidad para disputar la Primera División, pero que a base de entrega y arrojo suple sus carencias. El problema es que no todos los fines de semana el mismo guión te vale y, aunque las virtudes muchas veces tapan los defectos, cuando el agujero es tan grande no hay tirita que sujete la herida. Pamplona ha abierto la enésima crisis franjiverde de la temporada. Realmente no sé si he perdido la cuenta o es la misma dividida en capítulos de un libro llamado Primera División, curso 2020/2021 en el que nada tiene que ver lo que se hace en otros partidos con lo que se ha hecho en este porque cada encuentro es un mundo y se juzga en base a lo que sucede.

Que Escribá barra preocupaciones hablando de los halagos tras el duelo ante el Real Betis si me intranquiliza, porque denota cierta dosis de nerviosismo e interés por ahuyentar fantasmas. Una cosa es el partido de hace dos semanas y otras bien distinta el de ayer, con la derrota ante el SD Huesca (que no hay que olvidar por las formas más que por el contenido) entre medias. Mención aparte merece el melón que el valenciano ha abierto en plena recta final de temporada. Cambiar de portero siempre genera debate, más aún cuando el que tienes te ha dado muchísimo más de lo poquísimo que te ha quitado, y este Elche CF no está para debates que generen inestabilidad a un mes y siete partidos para el final de curso, pero Escribá lo ha abierto. El valenciano será el primero que no tire piedras sobre su propio tejado pero qué menos que una explicación al motivo, aunque para eso también es cierto que hay que preguntar y ahí, el técnico se ha salvado; de momento.

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