Bien está lo que bien acaba

¡Vaya temporada! Ni tanto ni tan poco, en su justa medida pero con más luces que sombras y, sobre todo, alegrías. Muchas alegrías que es lo que necesitaba la maltratada afición del Elche CF. Por fin un año tranquilo, que se dice pronto y rápido, pero que si se echa la vista atrás no es baladí recordarlo. Que nos lo digan cuando, palos a gusto no duelen, con un ascenso histórico y dos permanencias sufridas, pero muy trabajadas, en Primera División. Un verano para olvidar, más pendiente de los despachos que de la vida, un año de amarga transición y otro de podredumbre regreso al pozo de Segunda B. Todo resumido en largos minutos de uñas mordidas y taquicardias de desesperación para regresar al fútbol profesional.

No ha sido tan difícil, y con esto no le quito brillo ni importancia a lo logrado. Simplemente, este Elche CF ha sido un equipo dentro y fuera del terreno de juego y los únicos sobresaltos que nos ha dado durante el curso han sido los propios de olvidar el lema de “insistir”, tan necesario en un conjunto novato en la categoría, llorando ante detalles y matices que no se pueden controlar. El equipo de ‘Pacheta’ ha conseguido aprender de los errores, corregir y volver al bueno camino. Dicen que el fin justifica los medios y, quizás este Elche CF, se ha ajustado a la teoría para hacerla práctica. La permanencia bien vale haber sabido reciclarse a tiempo.

Bien está lo que bien acaba. Aunque, dicho sea de paso, es imposible no imaginar qué podría haber pasado si el equipo no hubiera tenido que esperar hasta la octava jornada para sumar su primer triunfo, si las buenas sensaciones se hubieran correspondiendo con más puntos, si la victoria a domicilio no se hubiera resistido hasta mediados de diciembre o si, repetir el enlazar seis puntos de manera consecutiva, no hubiera dejado un paréntesis de cinco meses. Quién sabe. Tampoco hay que quedarse con esa parte porque, igual que nos lamentamos de no haber logrado lo merecido, hay que valorar lo conseguido y lo conseguido es, al menos, para estar orgullosos.