Gracias por todo, Fran Escribá

Fran Escribá ya es historia en el Elche Club de Fútbol. El entrenador que devolvió al club franjiverde a la máxima categoría 24 años después y que logró dos permanencias consecutivas, la segunda con una plantilla muy reducida, ha llegado a un acuerdo para marcharse de la entidad ilicitana. Ha firmado la recisión de su contrato y no cumplirá los dos años más que tenía firmados. Ambas partes han llegado a un acuerdo mediante el cual el preparador valenciano renuncia a cantidades que el Elche le adeudaba como la prima de permanencia del pasado curso y las últimas mensualidades de éste. Su futuro apunta al Getafe, club en el que ya estuvo como segundo de Quique Sánchez Flores.

Escribá deja una huella imborrable en el Martínez Valero. Llegó a Elche en verano del 2012 como un auténtico desconocido, ya que solo había actuado como segundo entrenador y su etapa al frente del conjunto franjiverde supuso su debut como principal responsable de una plantilla. En su estreno no solo logró el ascenso de un equipo que llevaba más de dos décadas sin pisar la máxima categoría, sino que lo hizo batiendo récords, siendo líder desde la primera hasta la última jornada y logrando el objetivo de subir a falta de cuatro semanas para el fin del campeonato.

Su debut en Primera no fue sencillo, aunque el Elche mantuvo siempre una línea regular que le permitió estar, desde la jornada 7, fuera de las posiciones de descenso. Mantuvo la categoría con un histórico empate a cero ante el Barça en el Martínez Valero en la penúltima jornada. En su tercera campaña al frente del equipo, logró un reto más difícil si cabe. Dejó al Elche en Primera División cuando todavía quedaban tres semanas de competición y pese a disponer de la plantilla más corta de la categoría, con únicamente 20 jugadores.

La pelea de Escribá no ha estado ligada únicamente al plano deportivo. Ha tenido que convivir durante tres años con las negligencias e intereses particulares de un consejo de administración (ya fuera del club) que está siendo investigado por la fiscalía anticorrupción. Escribá supo mantener a flote el barco pese a los impagos de salario y las promesas incumplidas de la directiva. Se aferró a la unión y solidaridad de un vestuario que nunca se atrevió a presentar un motín pese a las diferencias. Le caracterizó su capacidad para traer paz en tiempos de guerra, aunque siempre dejando mensajes a quienes él ha considerado "los enemigos del Elche". Defensor a ultranza del trabajo de los árbitros, la cordura y humildad que mostró en la rueda de prensa tras el 'atraco' ante el Real Madrid le marcará para siempre.

Se marcha, sin duda, uno de los mejores entrenadores de la historia del Elche. Lo hace tras uno de los meses más complicados de la entidad franjiverde en el que ha decidido quedarse en un segundo plano. Esta ya no es su pelea. Gracias por todo, Fran.