Tu sentimiento, su negocio
La no continuidad de Pacheta es una decisión mercantil y evidencia la influencia del fútbol negocio en el Elche CF.
Quería esperar unos días, analizar en frío y escuchar a Pacheta para saber de qué se trata esto. Lo cierto es que escuchando la intervención previa del presidente Buitrago queda todo bastante claro. Y qué queréis que os diga... Entre un entrenador que va de frente, un presidente que va a medias tintas y un propietario que no ha dicho ni hola; me quedo con el primero. Bienvenidos al fútbol moderno, al negocio del balón en su máxima expresión.
Es evidente que la no continuidad de Pacheta responde a criterios mercantiles, puro negocio. No mantener la confianza en un entrenador con su trayectoria y trabajo es ilógico; y una decisión así solo puede responder a cuestiones externas a lo puramente deportivo. Por argumentos tácticos, técnicos y de proyecto; cualquier presidente que quiere lo mejor para su club habría renovado a Pacheta. Quizá se entendería una decisión contraria en alguna circunstancia. Pero renunciar al hombre que te ha llevado de Segunda B a Primera y traer a un entrenador sin experiencia en Europa es un delirio de raíz mercantil. Puede salir bien, no lo dudo. A día de hoy, es puro negocio. Una decisión económica, no es un acto de fé. Representantes, traspasos.... Ya imagináis de qué se trata. En este caso el propietario es su representante. Ya no hace falta ni disimular. Los valores, la ética y el respeto al trabajo de otros y a la historia del Club se deja a un lado.
Qué sí, que luego Almirón puede ser un fenómeno. Ojalá así sea. Pero es evidente que aquí lo prioritario es el negocio de unos pocos, que al fin y al cabo son quienes mandan en el Club. En eso no hay debate. Quién paga manda. Tu sentimiento, nuestro sentimiento, es su negocio. Asumánoslo. Si luego resulta que el nuevo triunfa, pues será positivo para el Elche, por supuesto, y también un beneficio colateral para Bragarnik. Dicho esto, ojalá todo salga bien. El contexto mercantilizado no resta que sea una decisión acertada.
Es lo que toca cuando el interés es compartido, entre la entidad y el propietario. Pero si éste es, además, representante de futbolistas y entrenadores, la balanza de decanta claramente a su favor. Es el negocio del fútbol. Todos lo conocemos. Pero quizá no lo habíamos vivido tan de golpe y porrazo, capaz de fulminar de golpe, en un par de días, una ilusión desbordaba que llegaba a todos los rincones de la ciudad. Lo bueno del fútbol es que la ilusión volverá pronto si la pelotita entra.
El Elche ha pasado de protagonizar un ascenso modélico a provocar una consternación en el panorama futbolístico nacional. Posiblemente, media España quiere ahora que bajemos. Es el clima del momento, ya cambiará. Porque del fútbol negocio no se escapa nadie. Tampoco este Elche. Pese a todo, la franja seguirá siendo invencible. Porque aunque fútbol se compra, el negocio tiene fecha de caducidad; mientras que la ilusión y el sentimiento están forjados para la eternidad.