Sin tensión, equipo del montón

Sin tensión, equipo del montón

El césped no engaña. Lo que es un tópico típico del mundo del fútbol se convierte en una realidad cuando la semana previa al partido está cargada de una teoría que, durante noventa minutos de partido, no se convierte en práctica. Es la eterna dualidad entre el querer y poder, tan profesional como humano, más aún cuando has cumplido el objetivo número uno de la temporada y las piernas se dejan ir tanto como la cabeza. El Elche CF perdió en Almería su punch. La intensidad de la que ha hecho gala durante un exigente curso, dejó pasó a una imagen irreconocible de un grupo de jugadores que debe tener muy en cuenta que sin tensión se convierte en un equipo vulgar de la categoría.

El equipo franjiverde se proyectó en el césped de Juego Mediterráneos bajo el mensaje de un banquillo que, con su alineación, quiso premia la individualidad y el trabajo personal de los menos habituales, pero olvidó que por encima del jugador está el escudo y que premiar lo individual, puede, en ocasiones, significar castigar lo colectivo. ‘Pacheta’ se debate en la recta final del campeonato entre la labor de entrenador, y la exigencia de sacar los máximos puntos posibles, y su faceta de psicólogo en la que no puede dejar pasar de largo las interioridades de un vestuario que tiene capítulos, en forma de futbolistas, dentro de la serie que ha sido la campaña futbolística.

El burgalés, ni es ni será el primer entrenador que echa mano de las rotaciones. El problema no es hacerlas, el problema es hacerlas y no saber mantener la exigencia del grupo. Juegos Mediterráneos deja la imagen de un Elche CF humano, de un equipo que se diluyó dentro del terreno de juego, más por deméritos propios que por méritos del rival. Que ante otro equipo sin nada en juego, no supo mantener el nivel de competitividad necesario para sacar adelante un partido que, con puntos sin objetivo en juego, requiere la mayor concentración posible para defender la camiseta en la categoría de plata del fútbol nacional.

La goleada debe servir como lección. Cuando las variables de la ecuación son las que se combinaron durante los noventa minutos de partido, la incógnita se resuelve de manera rápida y sencilla. El Elche CF, relajado, se convierte en un equipo tan vulgar como cualquier otro de la categoría. Pero no sólo jugadores, también cuerpo técnico. Cuando un entrenador premia lo individual debe enviar un mensaje grupal. Si tus mejores exponentes se quedan en el banquillo, ¿cuál es la trascendencia que se le da a los puntos? Es trabajo y responsabilidad de todos; tanto como reciclar los errores para no volver a cometerlos. Sin tensión, equipo del montón.

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