¿Por qué le llaman corazón cuando quieren decir intensidad?

Opinión | ELCHE CF

Albert Dorca realiza un disparo ante el Getafe / LFP

¿Por qué le llaman corazón cuando quieren decir intensidad?

Jerónimo Tormo,

No es la primera, ni posiblemente la última vez, que un lunes de resaca liguera nos deja por enésima ocasión la sensación agridulce de un Elche CF ‘bipolar’. El entorno franjiverde se hace constantemente la misma pregunta, ¿por qué cambia tanto el equipo de una parte a otra? Quizás la respuesta sea más sencilla de encontrar, más aún cuando los propios protagonistas la ponen sobre la mesa aunque el término no sea el que más se ajusta a la realidad.

Corazón o amor propio, dice el vestuario. Todos lo camino conducen a Roma, distinto es que llamarlo de otra forma haga que suene mejor. Intensidad, no hay más. Guste o no guste, los franjiverde cambian de traje de una mitad a otra por el pundonor que conlleva el cambio de actitud. El equipo pisa el acelerador cuando se le adelanta e imprime su dosis de identidad ante sus propios despropósitos.

El grupo tira de corazón a falta de cabeza. Los franjiverde regalan minutos y se desangran en la complacencia de quien espera a que el partido caiga de maduro. Consciente o inconscientemente, cambiar el chip de una mitad a otra es tan alivio como preocupación. Este equipo tiene más, muchísimo más, no lo digo yo. Lo dice lo que ofrece sobre el terreno de juego, otra cosa es que quien tiene que exprimirlo para sacar el jugo tenga la capacidad de hacerlo. Darle al interruptor para que se haga la luz suena tan fácil como difícil y el problema es que a veces puede ser demasiado tarde para que ver el final del túnel.

No hay mayor ciego que el que no quiere ver y aunque Alberto Toril tiene motivos para sentirse contento tras el global de un partido, al cordobés le falta la misma intensidad para reconocer errores en sala de prensa que a su equipo sobre el terreno de juego para evitarlos. No se puede no estar preocupado por el tiovivo en el que vive montado el equipo. El que juega con fuego acaba quemándose y este Elche se ha acostumbrado a maquillar los partidos cuando antes los ha ensuciado cuando podría iluminar el lienzo desde el primer minuto del partido.

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