Etiquetas (y complejos) fuera
La mejor forma de quitarse etiquetas es trabajar. El Elche CF ha pasado de claro candidato al descenso a equipo capaz de contar sus partidos lejos de casa por victoria ante dos rivales directos en la lucha por la permanencia. Este muerto está muy vivo, me recuerda el título de un film cinematográfico a la sensación que ofrece el equipo franjiverde. El conjunto de Almirón está demostrando que el fútbol no son matemáticas y que cada zarpazo que da es un paso más hacia la salvación. Que aquí da igual cuando se sumen los puntos porque todos computan en pro del objetivo, pero si llegan cuando todavía estás en construcción se dibuja un elemento diferencial que redunda en el bien del grupo, la confianza.
Ganar en Mendizorroza supone muchas equis en la columna del haber franjiverde. No sólo se trata del triunfo, más importante es la forma en la que lo consigues. A diferencia de Ipurúa, el equipo franjiverde se sintió en Vitoria, por primera vez en cuatro partidos, dominador. La receta de Almirón dio sus frutos ante un rival directo. Solidaridad defensiva, criterio en la posesión y ambición en ataque. Dicho así parece poco. Tres términos que resumen un partido perfecto para quitarse el precio de saldo que el entorno futbolístico ha querido fijar de antemano a la Cenicienta que, por haber ascendido como lo hizo, parece que no tiene ni derecho a disfrutar de la oportunidad de pelear por salvarse.
Ahora lo importante es tener cabeza amueblada y pies en el suelo. Lo importante no es llegar, lo importante es mantenerse, pero el paso al frente que se ha dado ya no te lo quita nadie. El tiempo y el fútbol dirán si la mejoría mostrada con dos semanas de trabajo sirve para que la huella de Almirón quede marcada o sea pasajera. El argentino dice que no hay secreto. Puede que no lo haya y todo lo que se escriba en torno al partido franjiverde sea pura prosa para rellenar líneas. Él es el que sabe de qué va la película y él es el que debe discernir si su Elche CF es el Bernie Lomax de aquella parodia cinematográfica estadounidense o el fruto de un buen partido ante un rival sin acierto ni puntería.
El Elche CF se ha puesto el listón un poco más alto de lo que lo tenía en los tres partidos anteriores. De eso se trata, de mejorar y crecer. Evolucionar para no estancarte y que las jornadas marquen cuál es el nivel que puede dar una idea de fútbol que, a día de hoy, todavía sigue en ciernes. Ni antes se era tan malo ni ahora se es tan bueno. Sólo se aprovechan las circunstancias para que el fútbol recompense el trabajo. Seguro que las vacas flacas volverán y ahí, como dice Almirón, en la derrota es donde también se tiene que ver a este equipo. No hace mucho trasladé un pensamiento al papel en estas mismas páginas. No sé cómo será la temporada 2020/2021 para el Elche CF pero lo que sí sé es cómo será el Elche CF. Un equipo aguerrido, que con sus defectos y virtudes siempre dará la cara. De momento, no me he equivocado.