Más vale tarde que nunca
Los jugadores del Elche CF, Ponce y Milla, celebran un gol ante el Villarreal CF en la temporada 22-23 / LaLiga

Más vale tarde que nunca

Jerónimo Tormo,

No hay nada como ganar para que te suba la autoestima. El Elche CF es el fiel reflejo de la vida. ¿Qué son diecinueve partidos sin conseguir la victoria si en el que hace veinte te llevas los tres puntos? El fútbol son estados de ánimo y cuando la pelotita entra en la portería no hay depresión que valga para no pensar que todo es posible. Yo no voy a vender un mensaje de optimismo, tampoco de pesimismo. Quiero, y prefiero, quedarme en el realismo porque, para situarte en cualquiera de los dos extremos siempre hay tiempo para virar el rumbo. Quizás no sea agradable decirlo, tanto como escucharlo, pero el césped no engaña y dicta sentencia.

La realidad es que ganar al Villarreal CF no te ha sacado de pobre. Las diferencias con la permanencia siguen siendo abismales para un equipo que ha hecho el ridículo durante toda la una vuelta de competición. Decir lo contrario sería hacerse trampas jugando al solitario. Ahora bien, el chute de motivación, ilusión y confianza te puede ayudar a dar ese salto de fe que buscas. De la UVI no se sale corriendo y todo necesita un proceso para lamer heridas y poder dar el primer paso que te lleva, uno detrás de otro, sin prisa pero sin pausa, a ritmo constante. Sabiendo de dónde vienes para conseguir llegar a dónde pretendes.

Me gusta creer en los milagros. Sobre todo porque este Elche CF necesita uno de dimensiones épicas. El milagro de los milagros. Nadie ha conseguido lo que la franja verde tiene que lograr, pero también es cierto que en un momento como este no se puede caer más bajo. ¿Quién puede perder algo cuando ya lo ha perdido todo? El Elche CF tiene por delante dieciocho Ligas de un partido por ganar. La primera ya está en la vitrinas del Martínez Valero y la segunda la disputa con tiempo para disfrutar, pero no relajarse, con el parón que te ha regalado la competición liguera. Es el momento de saber qué se quiere para poder conseguirlo y no dudar en el intento.

Más vale tarde que nunca. El primer paso ya se ha dado y se ha conseguido esa victoria que tanto se anhelaba para que fuera el punto de inflexión, o el clavo ardiendo, al que aferrarse. Ahora se necesita continuidad. Y no hablo de asaltar Chamartín. No, por Dios. Tengamos cabeza, es imposible pasar de cero a cien por noventa minutos. Hablo de sumar de tres en tres lo máximo posible durante las próximas semanas ante los rivales de la competición del descenso. Hablo de no bajar los brazos, de explotar y maximizar las alegrías, de vender caro el descenso. De recuperar la esencia 'A lo Elche' y que pase lo que tenga que pasar.

Te puede interesar