El criterio

El criterio

Jerónimo Tormo,

Año nuevo, vida nueva. ¿Temporada nueva, criterio arbitral nuevo? Muchos puede que lo pensaran, algunos incluso hasta lo pidieron, pero la realidad supera la ficción. La vida y el fútbol, sobre todo cuando es franjiverde, no parecen que vayan de la mano cuando un silbato y una pantalla se meten de por medio. El césped no engaña, la tecnología tampoco debería. El problema llega cuando la persona es la que maneja a la máquina y la máquina objetiva no sirve de nada porque se antepone la persona subjetiva. El criterio genera el desconcierto y el desconcierto te lleva a la desconfianza.

No me importa qué haya pasado durante la temporada con el resto de rivales del Elche CF en cuestiones arbitrales, pero viendo el nivel puedo entender tanto sus quejas como las de la entidad franjiverde. Ya no me sorprende absolutamente nada del colectivo. El nivel es tan bajo que no con una repetición, si es que se consulta, son capaces de ponerse de acuerdo. Hay demasiados intereses en juego como para que un señor de Sariñena, Don Benito, Algimia de Alfara o Daimiel decida el destino deportivo (y económico) de ciudades como Elche o cualquiera de las que nutren el mapa futbolístico español.

El fútbol es cada vez menos fútbol y cuando se le parece hay una disparidad de opinión entre acciones iguales que hacen que la sombra del 'Caso Negreira' sea cada vez más alargada. Si ni los propios árbitros se ponen de acuerdo para defender su honor, ¿cómo van a entender de manera seria y colectiva que es una mano? Se ríen en tu cara y en tu casa. Te explican el criterio y luego lo pasean por el arco del triunfo con el pito en la boca. Nadie les entiende y ellos se victimizan cuando lo único que son es cobardes por no dar la cara y repartir tarjetas y sanciones si se les dice la verdad a los ojos.

El Elche CF ha dicho basta pero todos sabemos que ya todo da igual. No se trata de que te piten tres penaltis en contra y llores, se trata de que te quitan lo mismo que no te han dado. Jugadas iguales, criterio diferente. De un posible 3-0 a un 2-3 en donde la derrota ya no duele, duele no poder competir en igualdad siendo un equipo de la misma competición. Y aquí nadie es conde la realidad. Al equipo franjiverde se le ha beneficiado en Cádiz y se ha reconocido. Pero el fútbol es fútbol y en lugar de que la injusticia una lo que hace es separar y que las aficiones se recriminen fallos en lugar de señalar al culpable.

El estamento arbitral ha convertido el fútbol en una jungla en donde los colegiados son intocables y si se equivocan nadie te devuelve las horas de trabajo invertidas en afrontar noventa minutos. Son muy malos, realmente malos. Avariciosamente malos. Pero campan a sus anchas porque los clubes se lo permiten. El fútbol dicen que es de los aficionados. Para mi también es de los futbolistas. Los primeros compran el producto que los segundos venden. Lo que tengo claro es que el fútbol si no es de alguien es de los árbitros, y menos todavía de los malos, aunque cada lunes lo hagan suyo.

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