Decisiones arbitrales y autocrítica

Opinión | ELCHE CF

Decisiones arbitrales y autocrítica

Jerónimo Tormo,

El Elche CF ha comprobado en siete partidos de Liga en Segunda División que ya no es el equipo ‘poderoso’ ante el estamento arbitral que la temporada pasada recibía alguna que otra ayuda cuando se trataba de desatascar los partidos que se le torcían. Los franjiverde han subido de escalón futbolístico y con ello han pasado de referencia a uno más. Nadie dudará de la buena fe los árbitros españoles, más aún fallando en los dos sentidos, de lo que se recela es del nivel del arbitraje patrio, más aún ante decisiones de difícil explicación.

Llueve sobre mojado cada fin de semana en el que el Elche CF no es capaz de conseguir la victoria. El guión liguero franjiverde está marcado por una serie de escenas que nos llevan al mismo desenlace, de momento sin un final feliz. Muchos son los matices que están marcando el momento de los hombres de ‘Pacheta’, algunos propios y otros externos. Los que dependen de uno mismo son tan controlables como mejorables pero ¿qué hacemos con esos detalles que dependen de la subjetividad de los árbitros?

El equipo debe hacer autocrítica para no llegar a los momentos clave del partido con los deberes sin hacer y con la sombra de la duda cuando pisa área. Los partidos los tienen que ganar los futbolistas pero lo que no puede permitirse es que los equipos los pierdan por los árbitros. Una mala percepción a la hora de dejar con diez de manera inmerecida a los franjiverde en Almendralejo deja las mismas dudas que una agresión que pasa desapercibida en Oviedo dos penaltis sin señalar ante el RCD Mallorca, o dos criterios diferentes a la hora de señalar el punto de los once metros en Soria.

No hace mucho, ponía la lupa sobre las actuaciones de los colegiados en clave franjiverde. ¿Era pronto para hacerlo? Era justo porque por mucho que la balanza se equilibre a final de temporada se trataba de acciones determinantes. Ahora, semanas después parece que si se puede hablar de los árbitros. Tras cuatro partidos consecutivos, de los siete jugados, y seis acciones, al menos que merecen ser analizadas de una manera más sosegada, empezamos a abrir los ojos. Ojala no sea demasiado tarde.

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