¿Y si da para lo que da?

Elche CF | OPINIÓN

¿Y si da para lo que da?

Jerónimo Tormo,

Comparto el mensaje de ‘Pacheta’, ni antes éramos tan buenos ni ahora somos tan malos. Quizás, en la búsqueda del término medio al que tanto suelo apelar, el quid de la cuestión sea que este Elche CF da para lo que da y pedirle más es una quimera. El burgalés avisaba, tras una gran victoria llega una gran cagada. No creo que el partido ante el Sporting sea de tal magnitud, en cuanto a juego y a esfuerzo, y entiendo que partidos malos hacen todos los equipos pero quizás, la realidad de este equipo esté marcada por esos dientes de sierra de los que tanto ha hablado el burgalés, ahora en zona intermedia de la clasificación, y la pasada campaña entre dicha zona y la parte baja de la tabla.

No se trata de no querer, se trata de poder. Nadie duda del compromiso de un grupo de jugadores al que les beneficia cada victoria a nivel individual y grupal, es algo tan sencillo como que este equipo pelea cada fin de semana con veinte efectivos que se pueden reducir por lesiones (y de momento, afortunadamente pero todo llegará, sanciones). Yo soy de los que quiere más, de los que desde la ambición piden, pero también de los que entiende que si pido lo que no se me puede dar yo seré el culpable por ver una realidad inalcanzable y no quien no sea capaz de dármela. Y ojo, que con todo esto no quiero decir que este Elche CF no pueda ofrecer un mejor rendimiento, sólo pienso que al pan, pan y al vino, vino.

El fútbol es precioso porque te permite hacer la machada durante noventa minutos, caso de Girona, pero en una regularidad… qué difícil es poder mantener el nivel de un partido durante cuarenta y dos jornadas. Sobre todo cuando conoces tus limitaciones y, como diría Rubén Baraja en aquella frase malentendida, la vaca ya no da más leche. El vallisoletano fue claro y rotundo en un momento de ilusión diluida de la temporada, ‘Pacheta’ ya ha avisado en torno a esa cuestión, sin tanto artificio grandilocuente, “a ver hasta dónde da la maquina”. El burgalés sabe que con un grupo como el que tiene a sus órdenes se puede conseguir lo que se puede conseguir y los propios jugadores lo reconocen, aunque sea entre líneas. “Era una oportunidad para mirar hacia arriba”. Una oportunidad perdida que tiene su cara y su cruz porque aunque no se consiga, las oportunidades se ganan.

Soy y seré el primero en confiar y cree en este equipo por una sencilla razón, el trabajo diario. Ese que no se ve pero es la base del fin de semana. Unas sesiones de entrenamiento en donde el grupo se entrega hasta la última gota de sudor por una causa común. Sólo ver el esfuerzo tranquiliza pero no garantiza nada porque el fútbol, como buen juego que es, te depara todo tipo de sorpresas. Doce jornadas empiezan a decir cosas, es casi un primer tercio de competición liguera, de cómo puede ser una temporada. Mitad de tabla e igualdad máxima de guarismos, puede ser un espejo en el que mirar lo que sea esta temporada, o no, porque recuerdo, el fútbol es un juego.

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