Vida extra

El fútbol ha dado una nueva oportunidad al Elche CF tras un fin de semana en el que ha quedado claro que morir no es tan fácil como en las películas. Hasta el rabo todo es toro y el equipo franjiverde tiene algún que otro capotazo pendiente de dar, a pesar de haber sido incapaz de hacer sus deberes. Tampoco vayamos a ponernos muy dignos, que si comparamos el calendario de los ilicitanos con el de sus rivales pocos equipos pueden decir que están capacitados para salir vivos y con fuerza tras quedarse a cero ante Atlético de Madrid y Real Sociedad. Mientras hay vida, hay esperanza. Mañana es el partido. Por mucho que Escribá diga que tras el martes siguen habiendo seis puntos en juego, mañana sólo vale ganar y decirle a los rivales directos que el Elche CF está en los momentos clave con la bayoneta afinada y cargada y con el cuchillo entre los dientes.

El entorno franjiverde ha pasado de la decepción a la ilusión en cuarenta y ocho horas. El tiempo que ha transcurrido desde la derrota del Elche CF en San Sebastián y hasta que el colegiado señalaba el final del partido en Mestalla ha sido sufrimiento en vena. Algunos habrá preferido pasarlo pegados al televisor para ser conscientes del futuro de su equipo mientras que otros no habrán mirado los resultados hasta tener certeza de que los partidos estaban terminados. El fútbol ha vuelto a ser benévolo con el conjunto de Fran Escribá y le ha regalado una vida extra. No suele ser lo habitual, sobre todo cuando está en juego la supervivencia en la categoría, pero esta temporada el descenso se vende barato y la lástima es, más que estar sumido en él, no saber aprovechar las debilidades rivales para haber dado un paso al frente antes.

Es momento de pasar página y pensar en lo que ha sido más que en lo que pudo ser. No se puede malgastar la inyección de moral que supone ver que tus rivales están tan limitados como tú para pelear la salvación pero la gran mayoría acumulan experiencia y saber estar en la Primera mientras que tu, no lo olvidemos, eres el recién ascendido al que todos daban por carne de cañón antes de empezar, incluso, la temporada. El Elche CF está compitiendo con sus virtudes y defectos sin desmerecer en absoluto las prestaciones de quien le acompaña en este camino hacia la salvación. Decir que los franjiverde están dando el 101% de sus posibilidades suena a tópico pero es la absoluta realidad de un equipo que tiene que hacer muchísimo mejor su trabajo para conseguir poquísimo menos de lo que logran otros conjuntos de la categoría porque así de elitista y caprichoso es el fútbol.

Mañana es el día. Ganar no resuelve la situación pero la aclara y, sobre todo, permite depender de ti mismo en una pelea en la que cada detalle marca estar a un lado u otro de la línea que separa éxito y fracaso. Perder no condena al descenso pero el golpe moral de querer y no poder ante el equipo que debe ocupar tu puesto en la zona roja sería terrible, sin margen de error y con una sensación de impotencia que cavaría tu propia tumba. Mañana es el día en el que las grandes gestas franjiverde deben tener continuidad. Batallas cercanas en el tiempo que se dibujaron en Girona o Gijón, herederas de momentos mágicos como Melilla o Baracaldo. Días como el del Compostela que eclipsaron el del Cádiz son el clavo ardiendo al que se aferra sin quemarse una afición que quiere que su Elche CF siga estando en Primera División la próxima temporada. No hay que desaprovechar esta vida extra.