Los señalados de la debacle copera
El jugador del Elche, Ezequiel Ponce, durante el partido de Copa del Rey ante el Ceuta / Elche C.F. Oficial

Los señalados de la debacle copera

Jorge Llopis,

El partido de Copa del Rey ante el Ceuta ha vuelto a destapar las vergüenzas de un Elche que sigue deambulando por los campso de España en esta temporada. Si bien el torneo copero estaba yendo bien, tras dos victorias cómodas por 0-3, en la ciudad autónoma, el equipo franjiverde ofreció su versión liguera. Fue un equipo sin alma, especialmente en la primera hora de juego, que vio como le superaba con claridad un rival que milita dos categorías por debajo, además de ser el colista destacado de su grupo de Primera RFEF. El curso está siendo malo para la mayoría de la plantilla del Elche, lo que no resta que el encuentro ante el Ceuta haya dejado en evidencia a un grupo de futbolistas que ofreció un nivel muy flojo en un partido que los franjiverdes debían haber superado con comodidad y solvencia. 

Enzo Roco: la carrera que pierde ante el atacante local, pese a que tiene una ventaja de dos metros cuando se produce el pase, y el posterior penalti cometido confirma lo que se ha visto en el resto de curso. El central chileno está fuera de forma, desubicado y muy lejos del nivel y la actitud de un jugador que hasta hace bien poco era internacional con Chile

Gonzalo Verdú: las lesiones le lastran y esto afecta a su rendimiento. Al capitán no se le discute su actitud, pues es de los pocos futbolistas que ha mostrado alma y corazón en cada uno de los minutos que ha disputado. Pero de comportamienton no solo se vive en este deporte y sus capacidades futbolísticas se han reducido, lo que se traduce en lentitud y precipitación. Dos expulsiones en siete apariciones en Liga, la última en el último encuentro frente al Atlético, es un balance muy significativo. 

Domingos Quina: un jugador de sus características que tiene pocos minutos habitualmente, debería comerse el mundo en cada oportunidad. El de Copa era su momento y ni su comportamiento ni su rendimiento fueron los adecuados. La esperpéntica actuación en el Metropolitano no fue una excepción, pues el guineano se mostró completamente perdido el pasado martes. 

Raúl Guti: Un jugador que está en una continua línea descendente desde el inicio de la pasada campaña. Perdió la titularidad cuando llegó Gumbaú y los motivos son evidentes. El zaragozano ha perdido protagonismo cuando está sobre el césped. Lento tanto en la gestión del ataque como en su posición defensivo, el chico que costó 5 millones de euros ya ha bajado su valor de mercado en un cuarenta por ciento (según Transfermarket). En Ceuta, ante un rival de Primera RFEF, estaba llamado a liderar el ataque franjiverde. Fracasó. 

Tete Morente: el andaluz lleva mucho tiempo fuera de cobertura. Encontró un paréntesis con el gol que prácticamente certificó la permanencia, ante el Betis; pero ese subidón no tuvo continuidad. Se ha convertido en un extremo que no desborda, sin impetú ni capacidad de generar peligro sobre la defensa rival. Su actitud o sus gestos en ciertos momentos muy complicados para el equipo no le ayudan. 

Ezequiel Ponce: Bragarnik pagó 4 millones de euros por él en verano (Francisco también aprobó el fichaje) y la realidad es que la inversión está siendo desastrosa. Uno de los pocos delanteros que no marcan goles. Tres dianas en veintisiete partidos en Primera División es un bagaje muy pobre. No participa en el juego ni tiene incidencia en ataque. Desconecta con mucha frecuencia y su última desconexión se tradujo en una expulsión por doble amarilla, en el encuentro copero. El codo que suelta es una muestra de su mal momento. 

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