Punto y seguido

Sigue sin ser matemático pero el Elche CF no necesita una calculadora para saber que su futuro en Primera División, de cara a la próxima temporada, no depende de sumar y restar, multiplicar o dividir. El equipo franjiverde podrá ganar, perder o empatar pero este grupo de jugadores no negocia la entrega, la lucha y el sacrificio. Contra todo y contra todos. Parece que sin sufrimiento no sería lo mismo. Es la idiosincrasia y la forma de entender un deporte, desde un sentimiento, que ha hecho que la franja verde se cincele en cada corazón y en cada alma de todo aficionado ilicitano de bien a golpe de alegría y de tristeza. La permanencia del Elche CF se cuece a fuego lento. Puede que ya sea una realidad pero en el vestuario franjiverde nadie quiere lanzar las campanas al vuelo, sabedores de que el fútbol es tan caprichoso como canalla, y no existe un gris intermedio entre el blanco y el negro de cada fin de semana.

Francisco lo dice con la boca pequeña, pero cada domingo que pasa, y se arranca del calendario, cuesta más defender la teoría de la conspiración contra la salvación franjiverde. Aún así, el sentido común invita, e incita, a ser cautos y humildes; que para algo son los valores que se han inculcado desde pequeños en las orillas del Vinalopó. Treinta y nueve puntos y seguimos aguantando la alegría de poder decir que ya está, que nadie nos la va a quitar como nadie nos la ha regalado. Pero es el mensaje y con él hay que morir matando hasta que la matemática permita rompernos el corsé para lanzarlo por los aires. Y eso que, a veces, es imposible. Ha terminado el partido. Los aledaños del Martínez Valero se resisten a ser prudentes. Paseas por el parking y escuchas felicitaciones bañadas en sonrisas y colores blanco y verde. El Elche ha empatado, pero hay que ver como lo ha hecho. Con uno menos y con cuatro lesionados.

¿Hay aún alguien que piense que no hay derecho a festejarlo, después de superar tantas adversidades, aunque no sea matemático? Un punto más en el casillero. Un punto y seguido hacia el último segundo del último minuto del último partido. Esto no para. Sólo el final de la temporada será la que diga dónde se acaba. ¿Qué es una permanencia para dejar de competir? Con Francisco todo es ‘y seguido’. El hambre del entrenador marca el camino. Su ambición se ha convertido en el dulce elixir de un grupo de futbolistas que han sabido dar el paso al frente para reciclarse y resurgir de sus propias cenizas. Ganar ‘A lo Elche’ empieza a parecerse mucho a ganar ‘A lo Francisco’. No es ni mejor ni peor, es simplemente una forma de entender este deporte. Cuando las cosas no salen bien y el plan B no es ni la alternativa al inicial ni la continuidad a otra opción, aparece la casta y el orgullo como solución de emergencia.

Ha pasado más de hora y media desde que ha terminado el partido. Sigue habiendo gente que se resiste a marcharse. El tiempo pasa rápido entre fotografías y autógrafos. Ningún futbolista se niega. Es el paraíso franjiverde. Bragarnik también se para con su coche. EDT se apunta a la fiesta desde la ventanilla. El pueblo pide y al pueblo se le da. Poco a poco el cielo se va nublando pero sólo se oyen los gritos de los niños llamando a Mojica y a Palacios. Son los dos últimos en abandonar el Martínez Valero. Los dos últimos trofeos de la tarde para recordar e inmortalizar un empate que sabe a victoria. Se suben a sus coches y enfilan cuesta arriba carretera rumbo a casa. Las luces del estadio se apagan mientras empieza a llover. Hay que marcharse. Siempre se queda alguno, pero la mayoría rompen filas. Saben que lo de hoy es un punto y seguido porque con este Elche CF todo sigue, nada acaba.