Lo sigo viendo

Hay derrotas que hacen perder puntos y derrotas que hacen perder credibilidad. El tropiezo sufrido ayer por el Elche CF en Bilbao ha dejado dos lecturas en el entorno franjiverde. La primera es obvia, no ganar te cuesta perder ventajas trabajadas a lo largo de la temporada respecto a rivales directos en la lucha por la permanencia (más allá de que la zona roja siga estando tan lejos como lo estaba antes de saltar al césped del Nuevo San Mamés. La segunda varía en función del grado de confianza que se tenga en el grupo de jugadores que dirige Francisco. La mía sigue intacta pero la confianza, como la credibilidad, cuesta mucho tiempo ganarla y muy poco perderla. La primera parte ilicitana en tierras vascas es para olvidar. Quizás la peor que haya hecho el equipo desde el relevo en el banquillo. Puedes perder en Bilbao pero no puedes perder como has perdido, sin personalidad. 

El camino andado ante el Athletic Club nunca podrá llevarte a buen puerto. O muerdes o te muerden, sin competir difícilmente puedes ganar y todo lo que sea ser infiel a tu idea de fútbol te dejará con dudas cuando el árbitro señale el final del partido. Es la lectura que debe hacer el Elche CF para separar la paja del grano de la derrota y destilar la parte positiva. Los ilicitanos no estuvieron en el Botxo a la altura y lo pagaron. Ya no se trata sólo de intensidad, se trata de propuesta y la franjiverde estuvo demasiado coaccionada por los ingredientes extras previos al partido como para tener que hacer autocrítica y pensar que el próximo fin de semana volverá a salir el sol. Hace bien Francisco no conformándose con lo ajeno en lugar de lo propio y dando un toque de atención. ¿De qué sirve que los demás no hagan los deberes si tú eres incapaz de hacer los tuyos? Pan para hoy, hambre para mañana. 

Que al Elche CF se le esté haciendo bola la cuenta atrás para terminar la temporada es tan lógico como mirar qué rivales están poniendo a prueba el rendimiento franjiverde en busca de la mágica cifra que de la permanencia en Primera División. Ayer fue el Athletic Club, hace dos semanas en Valencia CF. Dentro de una será la Real Sociedad. Ojo, no estamos hablando de cualquier equipo de barrio. Si fuera fácil todos los conseguirían y si algo está demostrando esta temporada la máxima categoría del fútbol español es que las diferencias entre la parte medio alta y la parte medio baja de la clasificación están definidas por la calidad que atesoran las plantillas de los equipos. Cuesta un mundo ganar. Pocos lo hacen y los que lo hacen tienen que sudar sangre para conseguirlo. No nos confundamos, el Elche CF no puede permitirse la licencia, a día de hoy, de ser una excepción. 

Lo sigo viendo. Igual que pongo el acento en la dificultad que entraña dar el salto para arañar puntos a los conjuntos que compiten por otras cotas mayores en el torno, también hay que ponerlo en que cuando el Elche CF se ha medido a los rivales que pugnan de tú a tú con los ilicitanos por sacar las castañas del fuego, los de Francisco se han llevado el gato al agua. La victoria en Granada es un ejemplo que debe guiar los pasos en el duelo en el Martínez Valero, aunque antes toque medirse a la Real Sociedad, contra el RCD Mallorca. Esa es la lucha en la que los franjiverde deben autodefinirse como lo que son, un equipo que está por encima del resto en la zona baja. Lo he dicho y lo diré, no se puede restar credibilidad a un grupo como el franjiverde por una derrota. Perder molesta, y mucho, porque sabemos qué es capaz de dar este equipo y, aunque no hacerlo afee la ilusión se merece todo el respeto.