La obligatoriedad de la compra de Olaza ralentiza su llegada

El Elche CF tiene cinco días para cerrar la llegada de un lateral izquierdo que compita con Johan Mojica por la titularidad del perfil zurdo de la defensa franjiverde. La salida de Josema Sánchez al Real Valladolid ha dejado sin comodín a Francisco, que durante el curso ha echado mano de Barragán y Palacios a pierna cambiada, en la segunda parte de la temporada. El club ilicitano tiene un elegido, Lucas Olaza, pero entre el querer y el poder existe una negociación que debe limar asperezas para que pueda concretarse.  

La llegada de Olaza parecía cercana el pasado sábado pero el paso de los días ha ido dejando el distanciamiento entre las partes por la opción de compra obligatoria de 2.000.000 de euros que quiere incluir el Real Valladolid en la operación a final de temporada. Christian Bragarnik no está de acuerdo y la negociación está siendo dura. El Elche CF no está de acuerdo con tener que asumir al futbolista sí o sí sin saber cuál pueda ser el rendimiento que uruguayo ofrezca, más aún teniendo a Mojica como titular en la posición. 

El Real Valladolid parece que es la parte que más dispuesta está a destensar la cuerda porque en caso de ascenso a Primera División no estaría disgustado con poder seguir contando con la posibilidad de contar con Lucas Olaza y en caso de seguir en Segunda División, en donde el futbolista tiene contrato hasta 2025, se podría negociar otra salida a cualquier otro equipo, incluso el propio Elche CF, rebajando las pretensiones económicas (como ya sucediera en clave franjiverde con Johan Mojica y el Girona FC). 

Alternativas 

Las partes tienen claro que si la operación se tratara de una cesión pura y dura, el jugador ya estaría en Elche. El club franjiverde, aunque quiere a Lucas Olaza, no deja de analizar el mercado. Miguel Gutiérrez interesa pero el Real Madrid CF no va a dejarle salir y se ha recibido el ofrecimiento de Jesús Vázquez, del Valencia CF que no convence pero no se descarta si el mercado no evoluciona favorablemente para los intereses ilicitanos. Bragarnik marca sus reglas, El Real Valladolid no quiere salir perjudicado económicamente mientras que  el futbolista quiere jugar en Primera. Las partes parecen condenadas a comprenderse, pro siguen sin hacerlo.