La Copa que pudo ser, pero no fue…

Elche CF | REPORTAJE

La Copa que pudo ser, pero no fue…

El Elche CF celebra mañana la disputa la final del trofeo celebrado en el Santiago Bernabéu hace medio siglo. Autobuses y vehículos particulares, se desplazaron con 20.000 aficionados en la grada. Elche se quedo vacía

Jerónimo Tormo,

Santiago Bernabéu, 15 de junio de 1969.  El Elche CF de Roque Gastón Máspoli salta al terreno de juego. Araquistaín; Ballester, Iborra, González; Lezcano, Llompart, Serena, Curro, Vavá, Asensi, Casco. Once nombres que han quedado inscritos en letras de oro de la casi centenaria historia franjiverde. Un resultado, dicen que injusto a tenor de lo visto sobre el verde, de 1-0 para el Athletic Club que, en el minuto  82, gracias a un gol de Javier Clemente a pase de Arieta II rompía el sueño de toda una ciudad.

Medio siglo después, los ecos de aquella final de Copa, por aquel entonces, del Generalísimo siguen brillando en la retina de los aficionados que, pudieron y no pudieron, viajar hasta Madrid para ver como un equipo al que se le llamaba “el más grande de los pequeños” le discutía el trofeo a un conjunto de la solera como el de San Mamés. La ciudad se paralizó, los coches no circulaban por las calles, y Elche se quedó vacía. Las calles reflejaban el sentir de la ilusión de ser campeones. Todos los viejos televisores en blanco y negro de la ciudad aglutinaban las miradas, tanto las de los que seguían como los que no el fútbol. El Elche CF era Elche, una ciudad de 120.000 habitantes.

Decía el NO-DO de la época “en Elche tan sólo han quedado los inválidos y las palmeras” mientras una pancarta en la salida de la ciudad rezaba “¡Aúpa Elche! ¡A por la Copa!” mientras una caravana de vehículos ponía rumbo a la capital. En Madrid, lemas escritos como “Tenemos el Misterio, la Dama y las palmeras. Nos falta la Copa del Caudillo” o “Ganemos o perdamos nos conformamos” identificaban a algunos de los veinte mil ilicitanos que poblaron las gradas de un abarrotado Santiago Bernabéu. Madrid se teñía de blanco y verde por unas horas ante el partido más importante de la historia del Elche CF, mientras en la Glorieta se colocaban altavoces para seguir en directo el partido.

Hubo prima 

En el palco, José Esquitino no podía cumplir con su tradición de bajar al césped a saludar al equipo antes de saltar al terreno de juego. Dicen las lenguas que en la cabeza del presidente siempre estuvo la sensación de haber tocado la puerta de la mala fortuna, por la obligación de tener que cumplir con el obligatorio protocolo de esperar a Francisco Franco en su llegada al palco del estadio. El subcampeonato hizo que la directiva se rascara el bolsillo, 25.000 pesetas de la época por barba. El premio por el título habría sido mayor pero nunca superior a la tristeza de no haber podido lograrlo por un grupo de jugadores que tenía siete internacionales en su plantilla.

Nombres propios en el terreno de juego pero también en la grada. Un ausente, Emilio Rodríguez ‘Emilín’. El más destacado del partido de desempate ante la Real Sociedad, jugado cuatro días antes. Nadie entiende por qué se quedó en la grada sin la posibilidad de jugar, en aquel momento no existían los cambios. El cansancio hizo mella a un grupo de jugadores que, aún así, fue recibido al grito de campeones en su llegada a territorio franjiverde. El balcón del Ayuntamiento fue la primera parada, la Glorieta, lugar en el que estaba la sede del Elche CF; la segunda. Todos reconocieron el papel de aquel joven murciano, criado en la cantera franjiverde, del que nunca se entendió su suplencia.

El mejor representante

Cincuenta años después, el tiempo ha curado las heridas de la derrota. Un bonito recuerdo como punta del iceberg de la historia de un equipo que ha competido veintiuna temporadas entre los más grandes, doce años de manera consecutiva. Con internacionales en sus filas, jugadores que han dado lustre a equipos de renombre como Real Madrid CF, FC Barcelona, Atlético de Madrid o Valencia CF. Pero, sobre todo, el símbolo de una ciudad con alma de pueblo. El mejor representante de un sentimiento y una tradición. Un equipo como su gente. Trabajador, constante y humilde para entender que Elche no es nada sin el Elche CF como el Elche CF no es nadie sin Elche. Una final de Copa que es más que un partido a cara o cruz, una final de Copa que pudo ser, pero no fue…

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