El síndrome del colista

Elche CF | ANÁLISIS

El jugador del Elche, Gumbau, se dirige a sus compañeros en un partido contra el Cádiz / LaLiga

El síndrome del colista

El Elche CF diluye sus méritos con una mezcla de fragilidad defensiva y desacierto ofensivo. El equipo franjiverde no sabe qué es ganar, ni dejar portería a cero, tras diecisiete partidos y la permanencia se dispara a los doce puntos

Jerónimo Tormo,

El Elche CF vive inmerso en su particular Ley de Murphy. Todo lo que puede salir mal, sale mal. El equipo franjiverde ha acumulado diecisiete jornadas sin conocer la victoria y se acerca peligrosamente al dudoso hito de sumar una vuelta en blanco en su casillero de triunfos. Los ilicitanos no han encontrado el camino hacia los tres puntos, a pesar de haber tenido cinco entrenadores en su banquillo (dos interinos), y el síndrome del colista se ha apoderado del juego franjiverde. Los méritos quedan ensombrecidos por la necesidad y el Elche CF no encuentra consuelo deportivo en tener más oportunidades que su rival para ganar el partido, porque el fútbol se rige por la inexorable ley del triunfo.

El equipo franjiverde se ha instalado en un bucle en el que es incapaz de reflejar en el marcador todo lo bueno que es capaz de hacer. Ganar un partido exige acumular muchos méritos y los franjiverde están siendo incapaces de optar a lo mínimo. Cuando se consigue, bien sea la mala fortuna o bien sea la deficiencia que ha arrastrado al equipo al último puesto de la tabla, hacen gala para echar por tierra todo el trabajo realizado durante noventa minutos. El Nuevo Mirandilla es un ejemplo más de que este Elche CF debería tener un casillero de puntos más amplio de lo que luce el actual, pero cuando tras casi una vuelta de campeonato los números son tan pobres la casualidad deja paso a la causalidad.

Menos goleador, más goleado

Los franjiverde han sido incapaces de dejar su portería a cero en toda la temporada. Los treinta y cinco goles acumulados exhiben una media de poco más de dos goles encajados por partido. La combinación es letal, y no hay que olvidar que Edgar Badía es el segundo guardameta de la categoría que para (72), cuando además eres el equipo que menos acierto tiene de cara al marco contrario (11). El fútbol no entiende de fórmulas mágicas para conseguir los objetivos, pero dos paradigmas esenciales para ganar un partido estriban en los dos principales puntos débiles del actual Elche CF, marcar goles y no encajar. Si el equilibrio entre ambos conceptos es tan fatídico como el que luce el equipo franjiverde en sus casilleros, la suerte está echada para un conjunto que necesita hacerse fuerte en las áreas, en pro de la búsqueda de la permanencia en Primera División.

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