El nuevo Mascarell

Omar Mascarell ha vivido un punto de inflexión en su carrera deportiva con la llegada de Sebastián Beccacece al banquillo del Elche CF. El jugador canario ha retrasado su posición al eje de la defensa, desde el centro del campo, para convertirse ante FC Barcelona y CA Osasuna en uno de los jugadores más solventes del equipo ilicitano.

El centrocampista mantuvo la compostura ante los azulgrana y contra los rojillos fue uno de los destacados del equipo ilicitano. La inteligencia y riqueza táctica de Mascarell le permiten poder adaptarse a posiciones como la actual, y los elogios que ha levantado entre el espectador neutral crecen a medida que discurren los minuto, aunque siempre haya aspectos a mejorar .

Riqueza táctica

El problema de las pruebas que está llevando a cabo Sebastián Beccacece con Mascarell nace junto con las dudas que despierta el futuro del canario la próxima campaña. El futbolista tiene contrato, pero resulta difícil verle competir en Segunda División, además de que puede ser un interesante activo para que Bragarnik equilibre la balanza económica, de las pérdidas y las ganancias, con el descenso.

Entender que el nuevo rol de Mascarell se pueda estar probando para el próximo curso cuesta aceptarlo, y hace que entre en juego la lógica de qué es más importante a estas alturas de competición, con el descenso prácticamente consumado. ¿Debe Beccacece insistir en una idea que nace muerta porque no va a tener continuidad o debe contar con el canario en la posición que le es natural?

Medular vacía

El nuevo Mascarell gusta, pero gusta más el que se acostumbraba a ver mandando e imponiendo su ley en la medular. Sobre todo porque no se deja huérfana una posición en donde Beccacece está desarropando al equipo y a su propio acompañante, Gumbau. El técnico rosarino tiene centrales suficientes para equilibrar la zaga pero opta por Mascarell, que es piedra angular.

La medular ante el FC Barcelona la ocupó Carmona, pero ante la baja del Sevilla, en Pamplona fue el turno para John Chetauya. Ninguno ha demostrado la comodidad, fluidez y jerarquía de Mascarell; más allá de que el puesto pudiera ser para Raúl Guti, que sí tiene contrato y en teoría recorrido en Segunda División con el conjunto franjiverde.

Adaptado

Mascarell, mientras se genera y desarrolla el debate, hace lo que sabe hacer. El canario rinde y se entrega al máximo en cada partido con la camiseta franjiverde. Nadie podrá discutir su actitud y su aptitud, además aumentando y mejorando sus registros sobre el terreno de juego mientras Bragarnik se frota las manos con una posible venta del jugador, aunque sea devaluada por un descenso.