El Consejo de la anormalidad

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El Consejo de la anormalidad

Jerónimo Tormo,

La fractura social abierta en el entorno franjiverde por el actual consejo de administración del Elche CF, que capitanea Diego García, con el tesón de Ramón Segarra y de Juan Pascual, más las sombras del pasado; ha dividido a su masa social. La existencia de una línea continuista, borracha de intereses, ante otra corriente que ha convertido su modo de vida en una batalla, a vida o muerte, para erradicar el cáncer en el que se ha convertido la planta noble del Martínez Valero, hace imposible cerrar la herida de la anormalidad.

Querer a estas alturas del guión, hablar de una situación normal se antoja tan cínico como provocador. Ese es el mensaje de un cónclave que con cada punto y con cada coma de su discurso, enlatado y medido, demuestra que vive alejado del sentido común, aislado en su burbuja de intereses, inconsciente del sentir del entorno. Bipolar en su proceder, con una cháchara que le hace pasar de una teoría idílica a una práctica insostenible. Que pasa de la alfombra roja a la alambrada metálica.

El Consejo de Diego García juega a ser etéreo. Manipula las reglas del juego con un único objetivo, ganar tiempo para seguir enrocado. Enarbola la bandera del interés del Elche CF cuando en realidad, lo que protege es a sus mecenas. Nunca habrá una normalidad cuando las zancadillas se sucedan como estilo de vida, cuando torpedear se convierta en el acto reflejo que te define, cuando el ‘no’ por sistema evite abrir los ojos ante lo que pide el raciocinio. Nunca habrá un cambio de chaqueta.

Sin normalidad nunca habrá paz social. Con un consejo de administración anormal en su proceder nunca habrá paz social. Qué poco cuesta ilusionar a una afición ávida de chispazos de alegría, qué poco, y qué difícil lo hacen. El afán por querer llamarlo normalidad, cuando en realidad se llama supervivencia, deja sin razón a un grupo de dirigentes que se han hecho fuertes por la debilidad de su enemigo. La unión hace la fuerza, ya es hora de gritar con una sola voz.

Me da vergüenza, lástima y asco vivir en esta anormalidad, tan incomprensible como palpable. Una situación en la que el Elche CF se está convirtiendo en un club de fútbol chusco, a la altura de sus dirigentes. En dónde el delirio es el menú del día. Un Consejo cero tuitero, al lado de su afición, y menos diez futbolero, al lado de sus jugadores. Un Consejo que cree que la normalidad es bailarle el agua, no discutirle, y menos aún, plantarle cara. Rompamos su normalidad, la que les impulsa a seguir aferrándose a un sillón huele a podrido. ¿Por qué tanto ahínco en metastatizar esta anormalidad?

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