Castigo excesivo (3-0)

Setenta y cinco minutos le duró la gasolina al Elche en el Nuevo Carlos Tartiere. A partir de ahí, todo salió mal. Un resultado engañoso pero que evidencia las carencias del equipo de Baraja. Tiene poco peligro en ataque y menos capacidad goleadora. Lo contrario del Oviedo, que sin hacer un buen partido ni ser superior al conjunto ilicitano, necesitó dos fogonazos en el tramo final para llevarse los tres puntos. La direrencia estuvo en las áreas. El Elche no supo materializar el poco peligro que generó y Koné rompió el equilibio en una de las pocas ocasiones de los ovetenses.

Las intenciones de Baraja en Oviedo eran claras. Puso en liza un centro del campo batallador con José Ángel y Pelayo, arropados por la experiencia de Lolo en el eje de la defensa; y dejó a Espinosa en el banquillo. El técnico volvió a defenestrar al mediapunta tras sustituirle en el descanso la semana pasada. Cuesta pensar que un jugador de la calidad de Espinosa no tenga sitio en un equipo limitado como el Elche. Está claro que su estilo de juego no convence a Baraja, para el que prima más el trabajo que pueden aportar Álvaro o Hugo Fraile que la calidad del 20' franjiverde.

El que sí que estuvo en el once fue Álex Moreno. También resulta incomprensible que un jugador de su verticalidad no tuviera hueco en el equipo titular. El extremo apareció con cuentagotas, aunque cuando lo hizo demostró porque tiene que salir de inicio. Sus centros no encontraron rematador. A Sergio León no le va bien últimamente. El delantero, con la excepción del tanto de penalti de la jornada anterior, lleva semanas peleado con el gol. En Oviedo no se sintió cómodo. Se peleó con la defensa, buscó espacios y se movió hasta la saciedad sin suerte. Acabó desquiciado con la permisividad del colegiado. Una libertad que el trencilla no quiso conceder para que León abriera el marcador. Señaló una dudosa falta del delantero sobre el defensa y evitó que marcara, ya que había dejado atrás al portero. En la siguiente jugada, Susaeta mandó una falta al larguero en lo poco destacable de la primera mitad fuera de las trincheras.

La entrada de Espinosa pretendía romper una igualdad que se mantuvo tras la reanudación. Baraja también movió ficha dando entrada a Cristaldo por Álex Moreno. Los cambios no mejoraron el juego del equipo y fue el Oviedo el que se creció. Todo iba por el guión previsto de Baraja, al Elche el camino por el que no pasa nada le gusta, incluso le puede salir bien. Pero decidió la calidad del Oviedo.

Koné rompe el equilibrio

Pasado el minuto 75, Koné encontró espacio dentro del área tras un centro desde la banda derecha y remató a placer para batir a Javi Jiménez. Con poco el conjunto asturiano, que hasta el momento no se había mostrado superior, se ponía por delante y encarrilaba la victoria. Con el marcador en contra al Elche le entraron las prisas y se fue a por el partido. Baraja trató de recuperar el centro del campo con la entrada de Ilie. El cambio era otro. Con diez minutos de partido y un terreno de juego en malas condiciones, no hay se trata de buscar el equilibrio, sino de poner toda la carne en el asador arriba. Era el turno de Nikos Vergos, al que el técnico mata cada semana pese a que rentabiliza los pocos minutos que dispone. Otro experimento sin resultado del técnico. Un fiel ejemplo de que este Elche no tiene un estilo definido. Navega bajo la especulación en cada partido. Un estilo que puede ser válido para sumar en la mediocridad de Segunda, pero iInsuficiente para sorprender a un rival de entidad. 

El Elche perdió el norte y el Oviedo encontró autopistas en los laterales. En una acción por banda izquierda, José Ángel mandó el balón en su portería al tratar de despejar. Gol con polémica porque el linier señaló fuera de juego y luego rectificó. Koné estaba en posición antirreglamentaria, pero finalmente no golpeó el balón. A la contra, en el minuto 93, Hervías completó la goleada local y apuntilló a un Elche que, pese a ofrecer un fútbol con altibajos, no mereció un resultado tan abultado.