El director general de la discordia

La reunión mantenida en la tarde noche del martes entre los componentes del consejo de administración del Elche CF quedará reflejada en las actas como otra muestra más de la desunión que existe entre los dirigentes de la entidad del Martínez Valero. La elección de un director general, que asuma las riendas de la parcela económica del Elche CF, es la punta del iceberg de desencuentros que viven los integrantes del cónclave.

La llegada de Juan Pascual al cargo no fue aprobada por el Consejo de forma unánime e incluso se puso sobre la mesa el nombre de Francisco López, ex gerente del Elche CF de 1991 a 2003 y actualmente en el Cádiz CF, como opción. La posibilidad no fue aprobada. Pascual se abstuvo del referéndum que debía decicidr su nuevo cargo y que acabó con los votos a favor de Ramón Segarra, César Nohales, Jaime Oliver, Francisco Sánchez y Juan Contreras. Juan Serrano y José Alberola votaron en contra. Además, el vicepresidente franjiverde presentó su dimisión pero el presidente le convenció para continuar, al menos de forma temporal.

Carlos Pérez Pomares, administrador concursal del Elche CF, ha dado el visto bueno al salario que percibiría Juan Pascual en su nueva faceta tras haber cesado como consejero del Elche CF. La cantidad no está decidida formalmente al no estar redactado, ni firmado, el documento que vincule al empresario con el Club en su nueva andadura franjiverde. Aún así, las cantidades girarían en torno a los 5.000 euros brutos mensuales teniendo en cuenta que los despidos y acuerdos alcanzados por la entidad con trabajadores han rebajado la masa salarial mensual entre los 6.000 y los 7.000 euros, y el Club se beneficiaría también de un margen. La llegada de Pascual está haciendo que los números cuadren, siempre bajo la atenta mirada del administrador concursal, Carlos Pérez.

Firmas

Juan Serrano, José Alberola y Ramón Segarra ostentan la firma del Elche CF que está mancomunada siempre con la del presidente. Al grupo se pretende unir la del actual secretario general Juan Pascual pero sin revocar la de ningún componente del trío franjiverde. El uso de la firma en documentación oficial requiere siempre la presencia de la rúbrica de Serrano, que puede estar acompañada por la de Alberola o Segarra y en caso de que el presidente no pudiera firmar sería la del vicepresidente la que tendría preferencia. La firma de Pascual, como secretario general, estaría supervisada por otra firma.