Sepulcre y su espada de Damocles

La búsqueda de un préstamo de 12 millones de euros con el que Sepulcre pretende jugarse a una carta su crédito como gestor del club y el remedio a los problemas económicos de la entidad no solo está suponiendo un quebradero de cabeza al máximo mandatario franjiverde; sino que le ha hecho perder confianza entre los apoyos que se ha rodeado durante las últimas temporadas. Una apuesta, además, que puede suponer un arma de doble filo si el club no es capaz de responder a un préstamos que no haría más que engordar la deuda y estirar el pago de la misma. Cuenta la leyenda griega que Damocles rechazó los lujos de ser rey por la amenaza constante a la que se sometía. Sepulcre podría estar puliendo la del Elche con un préstamos ante el cual, a día de hoy, nadie puede asegurar que el club sea capaz de responder.

La dimisión de Daniel Rubio como miembro del Consejo de Administración del Elche C.F. no es la salida de una persona, como así pretende hacerlo creer el club; sino la pérdida de confianza de un organismo de la envergadura del Ayuntamiento; una figura clave para entender los entresijos económicos del Elche durante las últimas décadas. Precisamente, el actual consistorio mantuvo en sus primero años al frente de la ciudad una línea de fiel apoyo a la gestión de Sepulcre. La desconfianza que ha transmitido el Consejo durante las recientes temporadas no es el único argumento para que el gobierno local haya dado la espalda definitivamente al club. La ausencia de transparencia económica y la falta de respeto que se tuvo hacia la figura de Rubio, que lleva un tiempo siendo una figura invisible tanto de puertas hacia adentro como hacia fuera, pues ni siquiera su fotografía aparecía en la página web oficial del club; se suman ahora a la absoluta opacidad con la que Sepulcre está gestionando la adquisición del préstamo. El negarle información a Rubio es la gota que ha colmado el vaso y que deja a Sepulcre sin el apoyo institucional más importante.

No solo el Ayuntamiento está molesto con la actitud del mandatario. Miembros de su Consejo desaprueban el método que está empleando para conseguir el capital; en un clima de opacidad que no ha gustado al resto de compañeros de mesa. Piden explicaciones sobre las condiciones con las que llegaría el préstamo y no obtienen respuesta. No hay unidad en cuanto a un tema de este calibre que puede definir, para bien o para mal, el futuro del club. Confían en que a su vuelta de Bruselas, Sepuclre y Rocamora den explicaciones. Y por supuesto, que estas sean convincentes. El presidente debe hilar fino. Una ruptura en el Consejo mandaría un mensaje muy negativo al aficionado y la poca confianza de éste con el presidente se vería aún más debilitada.

Un préstamo con muchas incógnitas

La gestión del préstamo y, principalmente, las consecuencia que podría tener generan a día de hoy un mar de dudas. Si en dos temporadas en Primera el club no ha sido capaz de realizar un plan de saneamiento económico, ¿cómo va a afrontar el pago de la deuda acumulada más el de otros 12 millones de euros, cantidad a la que se incluyen unos altos intereses?. Se plantea esto en un escenario de un Elche en la máxima categoría durante los próximos 15 años. ¿Hay plan b para un posible descenso a Segunda?. Qué Sepulcre busque una solución de urgencia a una mala planificación deportiva y económica es lo que todos esperan; pero muchos dudan de que hipotecar una casa asolada por las deudas y sin ningún plan de estabilidad sea el mejor remedio.