Sepulcre 2.0
José Sepulcre ha regresado con aires renovados. Nunca se fue, pensaréis. Ya, lo sé. Incluso él mismo lo ha reconocido, pero no me diréis que su vuelta en plan estrella de rock años 80, cabellera al viento al ritmo de los acordes de una guitarra eléctrica, no os ha recordado tiempos pasados. El ex presidente se ha marcado un retorno al más puro estilo 2.0 que el tiempo, y los objetivos durante los próximos cuatro años, dirá si le permiten lavar su imagen para alcanzar el niel 3.0. Trabajo tiene y lo sabe. Sólo el césped le va a permitir redimirse, y ya estoy siendo generoso, con una afición que podrá perdonar pero difícilmente olvidar.
El jefe ha evolucionado para pasar de presidente a máximo accionista y alcanzar el nivel superior de accionista mayoritario a base de billetes de color morado. La sartén sólo tiene un mango y el abogado lo tiene tan bien cogido como para alternar el trabalenguas de los nervios con el estufido de la respuesta cortante. Tengo curiosidad por ver su plan y poder entender por qué lo que hace cuatro años no se hizo, ahora se ha aprendido de manera minuciosa para asimilarlo y convertirlo en ADN de la gestión franjiverde.
Que Sepulcre se ha rodeado de gente de su confianza es tan innegable como que hace cuatro años también lo hizo. Nico Rodríguez es su Víctor Orta, Patricia Rodríguez su Antonio Rocamora. Fútbol y números que el presidente depositaba en gente que llegaba de sus manos y gente que no se soltaba de ella. Quizás en ese 2.0 lo que haya que cambiar sean esos satélites pululantes que, alrededor de la bombilla, revoloteaban en busca del brillo incesante del vicio ‘primerdivisionista’. Quizás incluso se haya cambado y por eso Sepulcre habla de respetar a Nico Rodríguez y su trabajo para formar parte de este nuevo proyecto.
Sólo una pega. ¿Dónde ubicamos en el organigrama a Diego García? Que sí, que es el presidente. El Sepulcre de hace cuatro años, pero con un jefe que le ha maniatado en la parcela deportiva y económica, que además tiene un sinfín de abogados que pueden hacer la única tarea en la única que es ducho. ¿Representación institucional? Lo dudo, más aún cuando a Sepulcre, otra cosa no pero poner la cara para sacar pecho le gusta más que a Diego García presumir de ser presidente. Veremos, pero me da la sensación de que el Sepulcre 3.0 sólo tiene un camino y ese pasa por tomar la última decisión de su plan retorno con la salida de Diego García.