La afición, la gasolina del equipo

Opinión | ELCHE CF

La afición, la gasolina del equipo

Jerónimo Tormo,

Perder nunca es bueno pero hay derrotas que dejan conclusiones positivas. Decía Vicente Parras, antes de su estreno en el banquillo del Elche CF, que no iba a inventar el fútbol, menos aún cuando tienes la soga al cuello. El entrenador franjiverde se ha ceñido a su mensaje. Hay una máxima en el deporte del balompié por la que es necesario regirse, más aún cuando un equipo necesita echar mano de la practicidad, el equilibrio.

Parras no se complicó la vida en Palma, cortita y al pie. Nada de artificios insuficientes que compliquen la vida al jugador y al equipo. Cada futbolista en su puesto y a crecer desde la seguridad defensiva que lo demás llegará solo. En el Iberostar Estadio se vieron detalles que abren la puerta, aunque sea en una pequeña rendija, a la ilusión de agarrarse firmemente al clavo ardiendo. Presión tras pérdida, ayudas en defensa y solidaridad. A poco que la gasolina acompañe en forma de goles la mezcla puede ser la receta ideal para la salvación.

Que el Elche CF necesita llenar el depósito no se le escapa a nadie, menos a los que lo llevan fijando como punto clave de la permanencia desde hace semanas. El legado de Toril no sólo queda reflejado en la clasificación, todavía reversible, también en una preparación física a la altura de los resultados del grupo. El equipo se diluye de manera irremediable ante las adversidades y, más allá de desconectarse, desaparece del terreno de juego obligado a jugar a remolque.

Cuando las piernas no funcionan debe ser la cabeza la que las guíe. El factor psicológico es tan importante como el físico y, a falta de resultados, es el turno de la afición. Que la voz desde la grada de 10.000 gargantas franjiverde sea el sustento de un equipo que pide a gritos el final de la temporada para celebrar un objetivo menor. Es el que toca y lamentablemente hay que asimilarlo. Seguir un año más en Segunda División es la migaja del pastel con la que el Elche CF se tiene que conformar por la falta de previsión de unos dirigentes que mantuvieron a un entrenador incapaz de voltear los problemas.

Ahora le toca ‘saltar al césped’ al jugador número 12. Ese que tan maltratado ha estado durante las últimas temporadas, sin alegrías que echarse a la boca, tanto en lo institucional como en lo deportivo. Tan despreciado en ocasiones como ninguneado. Toca hacer borrón y cuenta nueva, olvidar los palos y mirar hacia adelante. De nada sirve el pasado si no se puede escribir el futuro. El Elche CF necesita el calor de la grada, tiempo habrá para señalar culpables. Que la afición no se quede con la sensación de lo que pudo ser y no fue. Si el Consejo tardó en decidirse, que la afición no se lamente de no haber puesto su grano de arena en la balanza que ayudó al Elche CF a salvarse.

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