Elche CF 0-2 CF Césped
Primer partido de Liga, primera derrota. Quizás sea muy pronto para sacar conclusiones, tanto como para empezar a poner excusas, por muy reales que sean las adversidades. Maldito césped, maldita falta de previsión. ¿Quién iba a decir que el primer protagonista de la temporada iba a ser el terreno de juego para justificar una derrota? ‘Pacheta’ avisaba el pasado viernes de la relevancia de ganar el primer partido, no sólo para empezar bien la temporada sino también para hacer bueno el trabajo veraniego. Sin embargo, entre todos los matices de su mensaje hubo uno concreto, dar la importancia justa a lograr a la primera la victoria cuando el pasado año no se consiguió hasta la octava jornada. Una venda para tapar una herida que horas después ha quedado abierta, pero no tapa la simple realidad. El Elche CF fue peor por demérito propio.
‘Pacheta’ no elude responsabilidades pero las maquilla de la peor manera posible con excusas. Me sorprende que un entrenador que siempre aboga por preocuparse de lo que está al alcance de su mano para solucionar los problemas, señale el estado del terreno de juego como clave de una derrota y pase de puntillas por encima de la toma de decisiones ante las adversidades para enderezar el rumbo. ‘Pacheta’ se obcecó y se equivocó en un ataque de entrenador que debería de haber dejado al margen. El burgalés no pudo, o no supo, adaptarse a las exigencias del juego con un plan B tardío y ante un rival que te supera del primer al último minuto. Combinación perfecta de ingredientes para dejarte sin reacción y margen de maniobra.
Apelar a no querer renunciar a tu identidad futbolística es tan romántico como estéril, más aún cuando has demostrado en tu etapa como entrenador recursos suficientes para voltear un partido. El fútbol son goles, victorias y puntos. La grada lo sabe y por eso despidió con pitada al Elche CF. Valora lo que ve y, más todavía si compara a su equipo, plano, sin ideas y perdido; con un rival ordenado, práctico y solidario. Claro que molesta. El orgullo y el respeto es tan difícil ganarlo como fácil perderlo. Mensajes como el del césped calan si sobre el verde se ve un Elche CF con argumentos, intenso y enchufado. Si no, corres el riesgo de que los propios trabajadores del Club al que representas bromeen diciendo que “cuando el césped esté en condiciones lo tendrá que ganar todo”.
El sábado ‘Pacheta’ se equivocó en el banquillo y en la sala de Prensa. Primero porque no planteó el partido acorde a las circunstancias que se iban a dar, más cuando se enrocó en seguir dibujando torcida la línea del juego franjiverde; segundo, porque la gente no compra motos. Puedes pensarlo pero no decirlo. Que sea un detalle que se ponga al final de la cola de los motivos, pero no el primero y fundamental. El terreno de juego está mal para regatear, conducir balón y trazar pases pero no para ganar duelos individuales y poner en práctica eso de la experiencia en Segunda División como clave para ganar.
Hace unos cuantos años, muchos afortunadamente, un entrenador dijo tras perder en Torre Pacheco que el Elche CF no podía jugar en ese tipo de campos. Los franjiverde no ascendieron a Segunda División a final de temporada a pesar de haber jugado la mitad de partidos en el Martínez Valero y en dieciocho terrenos de juego que no fueron Torre Pacheco. Sería injusto no señalar el gran partido que hizo el CF Fuenlabrada que demostró al Elche CF algo que los franjiverde ya sabían, aunque tardaron en aprender. Que haciendo las cosas bien se ganan partidos aunque seas un recién ascendido de bajo presupuesto. Los madrileños vencieron y convencieron. Sacar una conclusión de un partido, más siendo el primero de la temporada, es exacerbado y exagerado pero las excusas, esas, cuando son el primer día chirrían y restan credibilidad.